Mendrugos y canapés

Mendrugos y canapés

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23:24 • 24 mar. 2013

Mil quinientos millones de euros dados por el Estado para cubrir los riesgos de las empresas (ERE´s) que en este caso, han servido para cometer fraude de manera inequívoca y se han repartido comisiones de más de noventa millones de euros.  Se comienza por investigar hacia abajo por temor a encontrarse en la cúspide de semejante pirámide de despropósitos y desvergüenza alguna cabeza visible, atrayendo la actuación de rebuscar entre las migajas para inculpar y condenar a quienes –justamente- se las prometieron felices con el dinero fácil.


En estas, los pobres van saliendo del caparazón que envolvía el reparo a ser vistos por su entorno cercano; el impacto de la crisis está siendo tan desastroso que va creando entre las clases sociales una brecha demasiado profunda que tardará en ser superada otro medio siglo –como aconteció desde los años sesenta-. Un aumento desproporcionado entre el colectivo menos favorecido –clase media/baja- y los tenedores del mayor poder adquisitivo que no solo ha logrado mantener el tipo, sino que se sitúan en una posición aún más elevada ante la pérdida de calidad de vida en la mayoría ciudadana.


La sociedad española avanza aceleradamente del umbral de la pobreza, a la severidad de sus carencias –indigencia-, con el peligro cercano de caer en la exclusión devastadora de la dignidad y el límite de supervivencia. Triste ha dejado de ser la situación económica de los hogares para pasar a ser lastimosa, sin apunte alguno que permita frenar su progresivo aumento –cada día nuevos miembros a las estadísticas de pobreza-; mientras los servicios básicos de supervivencia se ven reducidos por los recortes, se mezclan con nuevos datos de malversación y fraude al mismo ritmo.




Políticos que ganan cantidades exorbitantes por el mero hecho de respirar al lado del edificio en el que supuestamente tienen su despacho, que son generosamente recompensados por un trabajo no hecho –Sr. Sepúlveda 230.000 euros-, de la misma forma que los ciudadanos se ahogan en la precariedad de recursos sin oxígeno alguno que alivie su agonía –paro, falta de prestaciones, desaparición de servicios sociales-; muestras evidentes de desafección del Gobierno con la ciudadanía y trato de favor sin duda alguna, al que el Sr. Bárcenas no tardará en buscarle la jurisprudencia precisa.


Y es qué, cuando el rio suena, de seguir por este camino todo será como antes, igual que antes y tan ladino y sucio como antes. Otros vendrán y seguirán desoyendo la voz de la conciencia –si la tienen- que les avisa de la verdadera razón por la que están en el poder, servir a la sociedad, no sorber la sangre del ciudadano sin ningún tipo de miramiento. Excepciones entre la clase política de nuestro país “haberlas haylas” seguro ¿Dónde? Ese es el gran enigma que tiene a la sociedad española pendiente de ser resuelto.




Luego vienen los bancos con sus clausula suelo y sus techos hipotecarios que causan malestar, indignación y desprecio entre la sociedad que ve como a los que sacaron del barro, son una especie que solo sobrevive en el lodo de las malas praxis, la escasez de transparencia y los argumentos vacíos que sobresalen en unos balances con partidas irracionales de consejeros delegados que se jubilan con unas remuneraciones suficientes para acabar con sus huesos en la miseria de una falta de indulgencia, comprensible tan solo por la avaricia y la borrachera de su casta. Sabrán seguramente lo que significa poder político, pero no saben realmente que es lealtad, honradez y determinación en socorrer a esos ciudadanos a los que les impusieron lanzar el cable que les permitiera flotar de nuevo en la abundancia; los mismos que no supieron hasta más tarde las tretas de los consejos financieros y la ligereza de sus manos para alargar lo máximo posible cuanto cabía en sus bolsillos.


¿Se pueden cambiar las leyes a petición de los Gobiernos? Pues está claro que esté es el modo por el que se rige la justicia por ahora, para salir airosos de los problemas que le surgen a los distintos partidos que ostentan el poder en nuestro país desde hace demasiado tiempo. Hoy le toca al Partido Popular (PP) mañana será el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) el que derogará una ley para aplicar y aprobar otra que le resulte más proclive a sus intereses políticos; a los ciudadanos, tan sólo promesas huecas y silencios insultantes.uestros compatriotas.  ¿O no es así?  





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