Unos pocos días de viaje me han alejado de un suceso político que no pasará inadvertido en los avatares de la provincia. Me refiero a la ascensión de Fernando Martínez como secretario del PSOE local. En tiempos de desafección ciudadana por la política y estando gobernada España por un partido de derechas que potencia el capital frente al trabajo( para ellos no hay otra salida que apoyar a los bancos quebrados), es muy justo que el socialismo tenga un partido que lleve la sigla de obrero y que esté dirigido por un hombre experimentado, buen conocedor de la historia. No salgo de mi estupor cuando veo que se le critica a la Junta por querer darles tres comidas a los niños pobres.
Tampoco al enterarme de los sobresueldos a los altos cargos del PP así como la anécdota de ese banquero que se retira con una pensión de 88 millones. Son aberraciones intrínsecas de un sistema que a fuerza de ser inhumano ya no le importa ir la guerra para defender su dinero. Contra toda esa barbarie estructural nació el socialismo. Y lo que yo venía notando en el socialismo provincial era la precariedad intelectual de algunos de sus dirigentes. Oir a la derecha decir que la izquierda andaluza era bolivariana amén de corrupta y choriza, oir que estábamos ya saliendo de la crisis con seis millones de parados y lo que te rondaré, morena, es un poco para rebelarse contra los vendedores de humo que nos mantienen un día y otro también en un quiero y no puedo. De ahí el gesto moral de Fernando. Viene de las luchas callejeras que trajeron la transición.Va a la política. Ha pasado por la burocratización municipal y todos sus kafkianos entresijos. Y para colmo es profesor de universidad. A este no le vais a tumbar diciéndole que la solución para Andalucía se llama Rajoy. Despierta, pueblo dormido. No te dejes embaucar por los que critican la corrupción aquí y la callan en las demás autonomías donde gobiernan.
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