Instrucción y educación

Instrucción y educación

Luis del Val
22:30 • 09 may. 2013

En la II República, esa que algunos que han leído poca Historia consideran una especie de paraíso perdido, el ministerio de Educación se llamaba Ministerio de Instrucción Pública. Como creemos que las reformas consisten, no en cambiar los aspectos básicos, sino en cambiar las palabras, pasó a denominarse Ministerio de Educación y Ciencia, de la misma manera que el antiguo Ministerio de la Guerra, pasó a llamarse ministerio de Defensa, eufemismo que suena más suave, pero sin que haya variado el aspecto fundamental: estar preparados para la guerra. En la escuela y en la universidad, fundamentalmente, se instruye. Se instruye en ciencias o en letras. La educación es el resultado de numerosos y complejos factores en los que la escuela no es el más importante. Lo es, mucho más, la familia, y a ello hay que añadir la educación sociológica, estética y sentimental en la que, por supuesto, interviene la escuela, pero también las amistades, el ámbito cultural que rodea al individuo, incluso el clima. Pensar que la escuela va a educar es tan pretencioso como afirmar que las facultades de Filosofía y Letras "fabrican" filósofos y escritores. Una persona educada lo es, principalmente, porque ha crecido en una familia estructurada, donde los valores no sólo se enseñan, sino que se practican. Entiendo que haya protestas en cualquier sector y, también, en el educativo, pero el educativo ostenta el poco virtuoso marchamo de ser el campeón en absentismo laboral y hay padres que quieren menos alumnos por clase, pero se olvidan de que los niños no son automóviles que se lleven a la escuela para que los tengan a punto y les cambien el aceite. ¡Ah! Y los exámenes. La vida es un continuo examen. Hay dos o tres generaciones de españoles que llevamos dos reválidas sobre las espaldas. Y salimos indemnes. Algunos, incluso algo educados, gracias, sobre todo, a nuestras familias.







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