Almerienses al poder. Me gusta. Que nuestra gente suba a los altares del poder es siempre gratificante. Pepe Ginel, secretario general de la Ugt, se nos va a remar en las aguas del Guadalquivir, bastante turbulentas últimamente por aquello de la crisis, las tarjetas de crédito, los viajes y las buenas comidas. Hace unos días declaraba que había que refrescar el sindicato. Las manos de dos almerienses podrán hacerlo. Y falta hace. No se puede medir a toda una organización por lo que hagan unos cuantos, pero si a esos cuantos se les defiende, se les ampara y se les apoya, al final es toda la organización la que pierde. La Ugt necesita, urgentemente, una reparación a fondo. Por su bien y el de los trabajadores. Si en tiempo de crisis como los que vivimos, con unos recortes que van a dejar los derechos de los trabajadores como hace cien años, los sindicatos tienen fisuras en los comportamientos de sus dirigentes, flaco favor para el trabajador. Que sean proféticas aquellas palabras de Pepe, en las que manifestaba su deseo de que entrara aire fresco en la organización. Aquí está ese aire. Tú formas parte de esos nuevos tiempos que deben devolver la ilusión sindical que ha perdido el trabajador. No hace falta que le diga a Ginel que me alegro y mucho por él. El triunfo de los amigos es el triunfo de todos y le deseo todo lo mejor en su etapa sevillana. ¿Lo vamos a echar de menos? Creo que sí. El que más, Juan Pallarés, las otras dos patas del sindicalismo de clase de Almería. En los mentideros sindicales se comenta que en unos años también tendremos que despedirle a él. Mientras sea para bien de ellos: encantados.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/42586/pepe-ginel