Un balance más que razonable

Hace dos años, los almerienses volvieron a manifestar libremente en las urnas un mayoritario respaldo a la labor que, al frente de varios equipos de Gobierno, he venido desempeñando como Alcalde de Almería desde 2003. Llegar al ecuador de este nuevo mandato (2011-2015) supone una buena ocasión para reflexionar sobre lo logrado y sobre lo que todavía queremos seguir ofreciendo a los almerienses desde el Ayuntamiento. En política, igual que en el resto de aspectos de la vida, no es posible lograr el éxito a través de virtudes especiales o de golpes de suerte. El único camino hacia el éxito está pavimentado de trabajo, de constancia, de método y de organización. Y así es como nos gusta hacer las cosas en el Partido Popular de Almería. En este sentido, el resultado de nuestra gestión en el Ayuntamiento de la capital es, considero, bastante positivo. Los almerienses cuentan con un Ayuntamiento que invierte, que hace obras, que da servicios a los ciudadanos, que cumple con sus obligaciones y paga a tiempo a sus proveedores. Y eso no lo pueden decir muchos consistorios. De hecho, el de Almería capital es el Ayuntamiento menos endeudado de Andalucía y el sexto con mejor gestión económica de toda España. Ello ha supuesto no sólo la recuperación de la confianza en el Ayuntamiento por parte de los almerienses, sino también la evidente transformación de Almería a través de importantes obras, equipamientos e infraestructuras repartidas por todos los barrios de la ciudad. Cuando el Partido Popular llegó a la Alcaldía, la ciudad se encontraba sumida en un profundo caos, sin inversiones de ningún tipo y con proveedores que no querían trabajar con el Ayuntamiento porque nunca pagaba sus facturas. Eso no puede olvidarse, ni tampoco nadie puede desmentirlo. Por tanto, que no vengan a dar lecciones de gestión los mismos que dejaron al Ayuntamiento de Almería sumido en la ruina y en la inoperancia, igual que han llevado a la catástrofe a muchos ayuntamientos de la provincia gestionados a mitad de camino entre el derroche y el delito. Además, en estos últimos dos años, la posibilidad de combinar la gestión municipal con la parlamentaria ha permitido a Almería avanzar aún más en aspectos que parecían aletargados o bloqueados, como la recuperación de los terrenos de la vieja Estación, el desarrollo del Plan Urban para el Casco Histórico, la actuación costera en Costacabana o la ampliación del Paseo Marítimo. Pero lo que no ha cambiado en todo este tiempo en Almería ha sido la permanente labor de oposición infraestructural y económica que ha venido desarrollando, de modo sistemático, la Junta de Andalucía. No hace falta más que comprobar la lista de proyectos que siguen parados o abandonados por la falta de gestión del gobierno andaluz que sostienen PSOE e IU: Plaza Vieja, Corte Inglés, Hospital Materno Infantil, Facultad de Medicina, PERI de San Cristóbal y Chanca, entre otros. Por lo que respecta al Ayuntamiento, tenemos ahora dos años por delante para seguir trabajando y mejorando Almería. Y eso es lo que vamos a seguir haciendo. Ojalá los demás hicieran lo mismo.