Una comunidad en la que el 37% de su población está en el paro y en la que se deben administrar medidas de emergencia para evitar situaciones de hambre entre la población infantil no se merece tener un presidente más atento a las luchas de poder interno en su partido que a sacar a esa comunidad de la crisis. Lamentablemente, esa comunidad es Andalucía, y ese irresponsable y despreocupado presidente es, por el momento, José Antonio Griñán.
Cualquiera, salvo los socialistas de su cuerda y los bien pagados socios sostenedores de IU, puede ver que en este momento la prioridad está en sacar a Andalucía de la crisis y del paro y no en otra cosa. Y mucho menos cuando esa “otra cosa” son las peleas internas del PSOE.
Renuncia Resulta de un cinismo atroz que el sorprendente anuncio del señor Griñán renunciando a volver a presentarse como presidente de la Junta de Andalucía se produzca en vísperas de un debate del estado de la Comunidad en el que necesariamente habrían de abordarse cuestiones de orden judicial que, inevitablemente, afectarían a la credibilidad, imagen pública y crédito político del señor Griñán, como la trama de los ERE fraudulentos y los casos Mercasevilla e Invercaria. Y como a Griñán no le interesa que se hable de las cosas que consintió, impulsó, autorizó o ignoró de forma punible, prefiere que se hable de su futuro político.
Perdedor Sencillamente, impresentable. Griñán, que ha sido presidente perdiendo dos elecciones, ha perdido también este importante debate, porque esta estrategia de confusión revela, además de su debilidad política, su falta de pudor a la hora de establecer un fraude a las expectativas de los andaluces que deseaban ver qué explicaciones puede ofrecernos acerca de la red de corrupción y saqueo de fondos públicos descubierta en el corazón mismo de la Junta de Andalucía.
Y ese debate, Griñán lo ha perdido frente al presidente del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, que lo ha ganado con sus propuestas, reformas, diálogo y acuerdo para salir de la crisis y el paro que es lo que necesitan los andaluces.
Corrupción Griñán es un presidente a la huida y cercado por la corrupción, que ya no disimula que ha bajado los brazos vencido por el peso de la indefendible evidencia de la marea de prácticas delictivas instaladas en su entorno. Los andaluces necesitamos un presidente que dedique el 100% de su tiempo a trabajar por nuestra comunidad, y no un presidente acosado por los tribunales que da la espalda a los ciudadanos mientras maniobra para situar a sus peones dentro del tablero de su partido.
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