¿Por qué el Presidente del Gobierno no quiere hablar de Bárcenas? Vamos a suponer que el extesorero fuera un caso nacional tanto por el significado ejemplarizante de un hombre que ha manejado mucho dinero y que ahora está en la cárcel, como por ser testigo de la política económica oculta que han llevado los partidos mayoritarios.
Bárcenas exige, pues, una explicación de cara a la ciudadanía; no vale el sonsonete de que hay que dejar a la justicia hacer su trabajo, eso por supuesto, pero también ayudar a los jueces a que cumplan con su papel . El presidente dijo nada más ganar las elecciones que gobernaría para todos los españoles; los afines al Partido Popular y los que piensan de otra manera.
Sin embargo, el caso Bárcenas está siendo tratado como un asunto muy particular en la línea de los pañales sucios que el refrán aconseja se laven dentro, o si me apuran como una falsa “causa general”, en el sentido que da Floriano a estas noticias, y no, ni lo uno ni lo otro. Ahora sería la hora, como dicen los de Izquierda Unida, de que todos los peperos no concernidos en la supuesta corrupción de este caso sacaran a flote la verdad en bien de este país en vez de mirar para otro lado. Los estudiosos del franquismo dicen ahora que el paso de la dictadura a la democracia plena no fue propiamente un consenso negociado por el régimen y la oposición sino por una fracción reformista en la que participaron los mismos vencedores de la Guerra Civil. De ahí que ciertos asuntos graves referidos a la corrupción quedaran como para un segundo orden.
Lo que llegó a llamarse el milagro español, harto alabado por su ejemplaridad en algunas repúblicas hispanoamericanas, es interpretado hoy como una movida familiar de adaptación al nuevo orden sociopolítico que llegaba.
La moral pública es un arma electoralista manejada con cinismo. Pasma que el Partido Popular vea solo corrupción en Andalucía en tanto que allí donde ella gobierna se ramifique la trama de Gürtel como una gangrena. Contra el mal, luz y taquígrafos; no apalancarse en aquello de que “no tengo nada que decir”.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/44626/algunas-preguntas-ingenuas