Susana Díaz está dispuesta a pelear por prestigiar la política

Mira que tienen cara algunos ciudadanos. Algunos-algunas llevan años y años metidos en la política, viviendo de ella. De pronto se sienten cerca del gran sillón y prometen pelear por defender cosas que nunca han hecho. 

A qué viene lo de querer prestigiar ahora la política, cuando en estos años que lleva tocando pelo no le ha preocupado lo más mínimo. La política no se tiene que prestigiar, ya lo está, son ustedes, los políticos, los que deben dar una imagen distinta. 

Son ustedes los que ensucian la política con sus corruptelas, prebendas, enchufes, asesores, sus familias en los mejores puestos, sus compañeros acaparando cargos. Dejen a la política tranquila, vuelvan a sus casas, de donde la gran mayoría de ustedes no tendría que haber salido.

Transparencia contra la corrupción. ¿Pero que transparencia han ofrecido en el caso de las facturas de Turismo de la Diputación de Almería? 

Al final ya veremos si no es la funcionaria la que pague el descosido de los viajes. ¿Qué tiene que ver la política con estos trincones que han optado por las facturas falsas para tapar gastos incómodos de explicar? No es la política la que tiene que desaparecer, son ustedes, los políticos. 

Los que declaran elogios a sus alcaldes por su honestidad, como hizo el señor Sanz por Almería, cuando algunos andan cercanos de los juzgados, otros dentro y sentenciados y los demás porque aún no se les ha investigado. Los de ustedes por el mismo camino van.

¿Qué tiene que ver la política (maltratada política) con el golfo que cobraba los cheques de los montes de la delegación de medio ambiente? La culpa es del golfo o de los golfos que han estado robando el dinero de los ciudadanos. Prestigiar la política, echen a tanto golfo como hay en ella y se acaban los problemas. Pero claro, son amigos, compañeros y hasta algún familiar puede estar en la lista. 

Y no se puede ir contra ellos. Es mejor ponerse de acuerdo con el Pp: yo no te saco lo de Bárcenas tú no me sacas lo de los Eres. Y mientras los ciudadanos pagan las francachelas de tanto inútil que vive gracias a la política.

Qué me dicen de la historia de Valderas y la compra de su piso tras el desahucio de una familia que se tuvo que ir a vivir a casa de sus suegros. Aquí el que no corre vuela.