Thomas y el ‘mister president’ de turno

Thomas y el ‘mister president’ de turno

Fernando Jáuregui
23:54 • 22 jul. 2013

LLa muerte de Helen Thomas, la mítica periodista norteamericana que flageló con sus preguntas desde la sala de prensa de la Casa Blanca a una decena de presidentes, me ha hecho preguntarme por el papel que los periodistas estamos jugando en la crisis política que vivimos. Y también, sobre todo, ha provocado un aumento de mis inquietudes sobre el papel de los presidentes en estas crisis. En concreto, de este presidente que, aquí y ahora, tenemos en España, que allá los norteamericanos con el suyo, que ya se sabe que espía a los informadores propios y a medio mundo mundial. 


Primero: los norteamericanos tienen una sala en la Casa Blanca a la que - a diferencia de lo que pasa en Moncloa - acude con cierta regularidad el mismísimo presidente, para responder a preguntas no tasadas, ni limitadas, ni discriminadas en función del medio al que pertenece el informador que las haga. Y allá las evasivas, los silencios, no valen. Segundo: los periodistas en la Casa Blanca tienen una especie de estatuto especial que les impide pretender acaparar protagonismos y, menos aún, erigirse en salvadores de patria alguna. Tercero: los presidentes norteamericanos tienen a gala mantener contactos directos con la gente, y hasta compiten por ver quién resulta más gracioso y autocrítico en la famosa cena anual con los corresponsales en Washington. Aquí hasta se ha perdido la costumbre -bueno, nunca fue una costumbre demasiado arraigada, la verdad - de que el presidente del Gobierno asista a la cena anual navideña de los informadores parlamentarios. Si bien se mira, es que hasta se ha perdido la costumbre de responder a los periodistas en los pasillos parlamentarios.


Me pregunto qué diablos estaría diciendo y escribiendo la vitriólica y temperamental Helen Thomas acerca de las ‘escapadas’ que todos los días  protagonizan ante los medios los políticos españoles más responsables de lo que pasa en el país. Y también me pregunto qué diría ante algunos accesos de protagonismo excesivo, de toma de partido sin matices, que resultan palpables en la sociedad mediática española. Thomas, que ha muerto a los 93 años, no dejó la Casa Blanca por cuestiones de edad, sino porque se creyó lo suficientemente importante como para dictaminar lo que debían hacer los judíos en Palestina: “largarse”, dijo.




Y le costó el puesto, no por ser de origen libanés, ni porque en Estados Unidos hablar de judíos es una cosa muy seria, sino porque se supone que un periodista no puede ordenar las fichas a su modo, sino simplemente contar y analizar lo que pasa. Una lección para los informadores que lo que quieren, en realidad, es suplantar a los parlamentarios, o a los banqueros, o a los entrenadores, ...






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