El factor humano es determinante cuando las condiciones cambian y lo imprevisto no está en los protocolos de rutina.
Elegir rumbo certero, velocidad adecuada, maniobra prudente, cálculo de riesgo… son decisiones que a diario se adoptan a bordo del coche para ir al trabajo, en un transatlántico o en un Airbus 380.
En transportes se dice que no hay nada más seguro que el tren. Y amplío y redundo: No hay nada más seguro que el ferrocarril más seguro. Ciertamente, circular por carriles blindados y con estrictos protocolos de control telemático establecidos para cada tramo del recorrido, deja muy poco margen a la improvisación. Y así es como funciona el AVE (Alta Velocidad). Otra cosa es el “tren de altas prestaciones” o “velocidad alta” ¿les suena? Sí, se trata de un tren muy versátil que puede adaptarse al ancho de vía AVE o Nacional y que puede transportar pasaje y mercancías; pero, jamás contará con las medidas de seguridad exclusivas del AVE. Nunca en un AVE el maquinista atenderá el teléfono de Control para consultar ¡en un mapa de papel! Recorridos alternativos y, mientras tanto, se despista… y toma la fatídica curva a 152 km/h. Esto sólo puede pasar en un tren de “altas prestaciones” o “velocidad alta”; terminología intencionadamente empleada para aceptar gato por liebre.
Lo que se nos viene prometiendo a los almerienses es un Alvia; nunca el AVE. De ahí la insistencia en reclamar la verdad sobre el AVE de Almería cuando, intencionadamente, algunos amplificaron las ventajas con eso de la intermodalidad de pasaje y mercancías, como si se tratase de una ventaja adicional por tratarse de nosotros.
El AVE nunca diseña trazados con radio de curva que limite la velocidad a 80 km/h. Además, los sistemas de seguridad automatizados preponderan sobre despistes o acciones voluntarias que vulneren la seguridad. Se trata de seguridad. No es capricho ni obstinación.
Altas prestaciones Después de la dolorosa experiencia de Santiago de Compostela, no creo que quepan dudas sobre la abundante y exhaustiva información que diferencia al AVE de un tren de “altas prestaciones”.
Por tanto, el presunto AVE de Almería jamás será una realidad si persistimos en aceptarlo como otra cosa. Es como la mal llamada “Autovía del Almanzora” que mantiene limitaciones propias de una carretera comarcal; como resultado de una comarcal duplicada que es.
Desde el dolor por la tragedia, todo quedaría en conmiseración si no aprendemos de nuestros errores.
Insisto, no es obstinación. Llevamos lustros debatiendo sobre un eufemismo que socava lo más sagrado: la seguridad.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/46074/el-ave-de-almeria