Las serpientes de verano

Las serpientes de verano

Fernando Jáuregui
18:47 • 06 ago. 2013

Hace años que, entre crisis económicas y políticas, los medios no tenemos que sacar de la chistera esas serpientes de verano que, aunque inexistentes, servían para alimentar la polémica, distraer atenciones y provocar titulares que las vacaciones no aportaban. Las serpientes alimentaban la sequía informativa agosteña; la del lago Ness se hizo especialmente famosa y todavía suscita leyendas entre los viajeros que hacen cruceros por Escocia. Ocurre, sin embargo, que, a veces, el exceso de noticias con morbo -y noticia es todo aquello que alguien no quiere que se publique_ hace que los gobernantes busquen serpientes hasta en el río Manzanares. Distraer al personal con juegos malabares es arte de político, sin duda; descubrir los trucos del mago es, por su parte, tarea de los medios y de la opinión pública en general.


Serpientes, decía, hasta en el Manzanares... o en las aguas de Gibraltar, esa ignominia diplomática e insensatez geográfica e histórica que aún perdura entre las vergüenzas del colonialismo: el Gobierno español ha decidido generar noticias --que sí quiere que se publiquen-- acerca de un endurecimiento de las posiciones diplomáticas frente al Peñón, lo que está provocando una batalla de tono menor atizada desde algunos tabloides británicos. Ya el anterior régimen en España, y me refiero a Franco, sabía que el tema de Gibraltar es bueno para distraer los ánimos hispanos, que estarían, si no, pendientes de cosas más -incómodas-.


Líbreme Dios, claro, de comparar unas cosas con otras. Pienso que la situación española nada tiene que ver con la que padecíamos cuando la oprobiosa, y que José Manuel García Margallo es un demócrata y, aunque haya quien piense lo contrario, un buen ministro de Exteriores. Pero las circunstancias mandan y ahora toca desempolvar ese sinsentido que es la pervivencia de una colonia británica en territorio español para exacerbar los ánimos patrios, que andan sulfurados, dicen las encuestas, por cuestiones más domésticas. 




La serpiente real, este verano, temo que va a estar más bien en los alrededores de la prisión de Soto del Real que en río, lago o mar alguno. Y es que no puede olvidarse que el juez Ruz tiene citados a declarar a los principales dirigentes del -aparato- del PP, Dolores de Cospedal y Javier Arenas, para mediados de agosto. Y, antes, Rajoy tiene su cita con el Rey en Marivent, un encuentro protocolario cada vez menos de rutinario: España padece una crisis institucional de tomo y lomo, y son precisamente el Monarca y el jefe del Ejecutivo quienes tienen, en estos días, que ponerle remedio. Lo demás son, insisto, parches, serpientes de verano y, como diría el gallego Rajoy, “líos”.






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