Entre lectores que frecuentan la Biblia, Éxodo es el segundo de los cinco libros de que consta el Pentateuco.
Consta de cuarenta capítulos y su parte histórica está dedicada a narrar los acontecimientos que llevaron a los hijos de Israel al desierto y los hechos, unos trágicos y otros milagrosos,que tuvieron lugar.
Esta semana pasada, la palabra Éxodo ha resonado demasiado en la ciudad por el casting que lleva a cabo una empresa cinematográfica en busca de tipos que reproduzcan la fisionomía israelita.
Por lo que se traduce en las cartas al lector de este y otros periódicos, la asistencia de público delgado y moreno ha sido de tumulto, la fila daba vueltas por calles almerienses y plazas adyacentes hasta el punto que tuvieron que limitar la edad de los aspirantes.
Al parecer hubo quien se puso en la cola la noche anterior y cuando se acercaba el turno de la entrevista le dijeron que a escupir a la calle.
Excluidos Claro, todo este drama no se entiende si paralelamente no se estuviera dando otro éxodo entre los jóvenes y es que la mayoría de ellos están excluídos de la tierra prometida hacia un desierto que no sabemos cuál será.
Un casting en Almería recuerda otros tiempos venturosos del cine cuando se ganaba dinero como extra y se veían por nuestras calles estrellas mundiales.
Un sueño Hoy todo es un sueño por más que quieren promoverlo tanto los políticos como los enchufados recalcitrantes que esperan el maná.
En una coyuntura laboral en que era muy costoso rodar en América, se produjo el boom del cine almeriense que no supimos hacer que fuera estable. Aquello fue más bien pan para hoy y hambre para mañana. En ese mañana estamos.
Nuestros jóvenes sueñan con otras tierras de bendición mientras sus políticos les mienten.
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