¡Andá, comienza la Liga!

Como aquel mendigo que bajo el puente entretenía sus hambres pensando que a otro día ganaría el Real Madrid, así la España futbolera se olvida  del verano horrible que llevamos con la idea puesta en que  mañana comienza la liga. Meses atrás hemos conocido lo que se esconde detrás del balón rodante. 

No son solo los fichajes estratosféricos de  ciento y pico millones de euros,  sino las deudas que tienen los equipos con Hacienda, los partidos arreglados al socaire de los maletines, la pordiosería de los pequeños y la voracidad de los grandes. 

Se ha dicho que Real Madrid y Barcelona  acumulan más millones por derechos  televisivos que el resto de los contendientes de la competición;  de esta manera no temen gastarse en fichar nuevos jugadores (dale que dale) lo que no está escrito; ellos saben que al final la  copa será madrileña o catalana. 

Menos mal que aún queda en las provincias de la piel de toro algo de ese forofismo antiguo de  barrio atizado por alcaldes que andan preocupados por el ocio de sus administrados los sábados y los domingos. De lo contrario, la liga de fútbol sería un largo aburrimiento hasta esperar   los  apasionantes   derbis que enfrentarán a Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. Pero este verano, yo al menos he aprendido algo más y es que el deporte español actual es un mentís contra la  ineficacia política. 

España está triunfando en especialidades deportivas para las que antes nos decían que estábamos  incapacitados. Luego no es el capital humano lo que falla,  sino otras cosas y me parecería indecente  que los políticos de nuestro país se aprovecharan de los triunfos  internacionales de nuestros esforzados deportistas para alimentar la opacidad de su propia incompetencia.  

Bien, comienzan los partidos de la Liga.  en medio de los incendios forestales, los episodios de la corrupción y el permanente conflicto político y diplomático gibraltareño, el balón del juego echa a rodar. Parece una tontería,  pero los que esto piensan no saben lo que es un domingo Bárcenas va y Bárcenas viene y con un Partido Popular alegando que él no tiene nada que ocultar sobre sus cuentas y el extesorero.