Cuestiones para septiembre

Agosto con sus vacaciones y su cortejo de ferias y fiestas jaraneras, pensadas sin duda para no pensar y sumirnos en la nostalgia, posterga para septiembre las cuestiones más acuciantes del calendario.

 La principal de todas, al menos para mí, es saber si continuará el descenso del paro de los meses anteriores o se confirmará la sospecha de algunos expertos que advirtieron con tiempo el fruto de la estacionalidad.   Nuestro Gobierno, como no puede ser de otra manera, no ha parado de cantar la bondad de sus reformas y su incidencia directa en el auge   de la economía española. En septiembre quizás sea bastante distinta la visión optimista con el natural bajón del turismo y la menor ocupación agrícola. También tendrán que aclararse en septiembre las razones por las cuales está bajando la prima de riesgo. Hay quien lo atribuye al crecimiento de Europa, sobre todo de Alemania y Francia, salidas ya de la recesión, no así España a quien los analistas predicen que si no  al borde del abismo, sí continuaremos con 26% por ciento de paro hasta 2018 por lo menos. Y luego tampoco hay que olvidar los problemas típicamente nuestros. ¿Qué quedará del desfalleciente bipartidismo con un PP perdiendo puntos y un PSOE que no se beneficia de la situación probablemente porque la corrupción que afecta a ambos  partidos es la madre de la desafección política, enfermedad hoy de la ciudadanía? Un 85% de españoles piden poder tachar nombres de las listas electorales. ¿ Continuaremos votando siglas que es donde se esconden los nombres de relleno e inútiles traídos de otras partes? ¿Y para cuándo un tope de años para esos dirigentes que se eternizan dentro de las ejecutivas sin que sepamos nunca para qué están? O renovación o un 15-M que nos diga que no nos representan. Algo es algo.