Ojo a la pantera

Hay peligros reales, quién lo duda, pero hay otros que son imaginarios. A veces se juntan   los  fantasmas baconianos de la mente con los  que  objetivamente nos ofrecen los sentidos, y entonces tenemos el drama completo. La noticia  de la prensa es que merodea  por Castala un peligroso animal que puede ser una pantera. Agentes del Medio Ambiente  y del Seprona están ya en ello.  Se proponen  capturarla  con vida para lo cual  ser han provisto de un rifle  anestésico con el fin de dormir al felino en cuando entre  en la jaula trampa. Llevamos una temporada  en la que aparecen seres monstruosos  donde menos se les espera:  puede que sea como un    retorno prehistórico  de  la corrupción. Imagino a las madres de Castala cantándole a sus   bebés reacios al sueño aquella  letra tan popular del  “Duérmete niño/, que viene el Coco...”  También entiendo la preocupación  del alcalde  Antonio Torres  yéndose  a la cama  con una pantera en los alrededores del pueblo. Aquí quienes no podrán  dormir   tranquilas   serán las autoridades. Supongamos que la pantera fuera la  crisis.  Levantarse cada mañana con la tortura de  los recortes también produce pavor. Dicen los técnicos que sin empleo no hay consumo, y sin consumo las tiendas se cierran; los bancos no dan créditos; sin créditos los emprendedores amainan, el desempleo  aumenta y se convierte en un suplicio para nuestra maltrecha economía. Si encima  viene el  FMI  exigiendo  otro  bajón del 10%  en los salarios hay que decir que  más que salir de la crisis, lo  que estamos es bajo los dientes afilados de la pantera financiera. Y a ver quién le manda un agente del Medio Ambiente a este Gobierno que preconiza el despide libre por miedo  a los monstruos  de la selva.  En fin, cacemos  primero a la pantera real y luego ya veremos qué hacemos con la que todos llevamos en  el coco.