Las patochadas de Rafael Hernando

Las patochadas de Rafael Hernando

Kayros
21:55 • 29 ago. 2013

En los días informativamente amorfos los periodistas que no sabemos por dónde salir ni como enjaretar el pellejero artículo de todos los días,   disponemos de un recurso que casi nunca falla,  y es ir a ver qué ha dicho Rafael Hernando, una joya parlamentaria llegada de Guadalajara.


Así que me he puesto a esperar hoy en el portón de los sustos para que salga el morlaco astifino de alguna de sus frases llenas de aristas y me encuentro con que fue la República la que llevó a la Guerra Civil y por ende a un millón de muertos.  


No fueron tantos, según los mejores historiadores, pero ese no es el tema. En tiempos de Felipe González,  corría el rumor entre los socialistas  de que las contestaciones duras y comprometidas se las dejaban al Guerra. para este ejercitara su  lengua de víbora. Aquí ocurre algo parecido. 




Los tres o cuatro portavoces  del Partido Popular se turnan en la brega diaria de defender a su partido y cuando aparece algo aberrante y gordo  se dicen  entre ellos: “Mira, eso que lo conteste Rafael”.  Y allá que va Rafael deslenguado, hiriente y destrozón, buey en una cacharrería. Lo que  acaba de decir el guadalajareño es, como ha dicho Juan Moscoso, una falta de respeto intolerable a las víctimas de un golpe de Estado que duró cuarenta años.


  Me pregunto sorprendido en qué fuentes históricas habrá bebido este hombre para no saber todavía quiénes se levantaron contra el Gobierno de la República y quiénes fueron los que dieron el golpe, causa fundamental de tantas muertes. Al margen del asunto de las banderas y de la legalidad vigente, lo que no podemos ocultar a estas alturas es  el  saber histórico acumulado durante tanto tiempo por numerosas autoridades  en la materia. 




Un patochada de ese calibre solo merece  el desprecio no solo del mundo académico sino también  de los ciudadanos de la calle. Vivimos un tiempo en el que la verdad  camina  avergonzada como puta por rastrojo. Miente que algo queda, dijo el otro. El oficio de portavoz  de partido político que  vive más para ocultar la verdad que para difundirla resulta  patético.





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