Si hay una actitud, que todo político y aspirante a serlo, debe tener, es la valentía.
No toda persona vale para la política; además de una gran vocación social y de servicio a la sociedad, de una preparación mínima en determinadas materias, y de un nivel intelectual suficiente para el desarrollo de las responsabilidades que requiere esta actividad, es necesaria una actitud valiente ante los aconteceres que plantean las sociedades modernas.
Frente al miedo, la incertidumbre y el desconcierto de los ciudadanos, ante nuevas y difíciles situaciones en diversos ámbitos: socio-económicos y laborales; se requiere valentía.
La teoría sobre comportamiento humano, sus emociones: positivas y negativas, es muy abundante y diversa. Lo que no abunda tanto son los casos prácticos de actitudes y comportamientos políticos valientes.
Y no me refiero a la valentía del “gallito peleón”, tan de moda en estos últimos tiempos en la versión “gallito chillón, tipo o modelo Rafael Hernando" sino a la que nace, sin decir disparates, desde la serenidad y el aplomo, cuya esencia es la integridad y la autenticidad de quien cree en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Un caso práctico de valentía política es la decisión del secretario general de los socialistas andaluces y expresidente de la Junta, José Antonio Griñán, de dar paso a otros políticos, en este caso a Susana Díaz, en la presidencia de la Junta, facilitando con ello ademas la regeneración del socialismo andaluz y, por qué no, también del español.
Se percibe de manera clara y contundente la integridad y la autenticidad desde la que nace la valiente decisión de liderar la renovación del PSOE andaluz, abriendo ventanas a nuevos aires socialistas. El PSOE es el partido del cambio y con las decisiones de estos días lo demuestra.
Los ciudadanos hablan en las encuestas que quieren urgentemente cambios en los partidos políticos, regeneración organizacional y democrática. Nuevas caras, nuevas ideas y nuevos estilos de hacer política.
Está cansada la ciudadanía de estilos basados en el compadreo, en el criterio: ¿y tú de quién eres?, de selección y posicionamiento de cargos: orgánicos e institucionales. El mérito y la valía es el criterio que debe primar en la selección de personal de toda organización que aspire a obtener un rendimiento político que redunde de manera óptima y eficiente en el conjunto de la sociedad.
Griñán nos ha dado a todos una lección de transparencia política. Por ello, valoro y aprecio su valentía. Como andaluz, y como militante del Psoe, quiero agradecerle a este excelente compañero su gran aportación para fortalecer el futuro del PSOE de Andalucía y reconocerle su valentía y su sabiduría política.
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