La vida de Emilio García

La vida de Emilio García

Andrés Aberasturi
01:00 • 08 sept. 2013

Sólo espero que haya algo que se me escape y todo esto tenga ya esté solucionado felizmente. Pero “El País” informaba el domingo que para Emilio García, 95 años, lo que debía haber sido un rápido paso por quirófano para operarle el fémur con apenas cuatro días de postoperatorio, se ha convertido en un asunto de vida o muerte. “Emilio agoniza en una cama de un hospital concertado de Vigo, Povisa, porque una huelga ha retrasado su operación sin que nadie, ni el centro ni la Xunta, se hagan responsables de su situación”. 


Todo lamentablemente claro hasta aquí como claras las explicaciones y la razones de unos y otros tratando de echarse la responsabilidad de semejante drama. 


Pero el caso es que Emilio García ha entrado ya en una gravedad extrema. No voy a hacer amigos hoy en el sector sanitario -y bien saben muchos el respeto que les tengo y el agradecimiento que en general les he mostrado siempre-. 




No voy a hacer amigos porque no me interesan nada, hoy por hoy, ni los problemas laborales que les han llevado a la huelga, ni la postura de la empresa Povisa ni las obligaciones de la Xunta. 


Ante todo y por encima de todo está la vida de un hombre, la vida de Emilio García que hay que salvar y ese deber de los implicados y ese derecho de Emilio, prevalece sobre cualquier conflicto y es absolutamente prioritario. 




Es prioritario a la huelga que tendría que abrir un paréntesis y destacar a los profesionales necesarios para operar ya, ahora mejor que dentro de una hora, a este hombre de 95 años que puede morir por la postración y a la espera de una operación sencilla. 


Es prioritario que la empresa que gestiona el hospital -me da igual la literalidad de los convenios que haya firmado con la Xunta- soluciones de forma inmediata la situación y haga lo que tenga que hacer para que este hombre sea atendido hoy mismo.




   Y es prioritario que la Xunta tome cartas en el asunto y no se limite a pedir que empresa y trabajadores lleguen a un acuerdo. La obligación de Xunta es salvar a Emilio García, ciudadano gallego, por encima de todos los convenios y de todas las competencias o incompetencias del resto del mundo.



Temas relacionados

para ti

en destaque