Cuarenta años del 11 de septiembre

Mañana  se cumple el 4O aniversario del golpe de  Estado liderado por Augusto  Pinochet en Chile. El 11 de septiembre  del año 1973 (no confundir con  otro no menos famoso, el de la Torres Gemelas), Salvador Allende se quitaba la vida bajo los bombardeos del Palacio de la Moneda.

 Tres  años antes se había producido un acontecimiento político singular y fue el triunfo inesperado  de un socialismo todavía  marxista pero conseguido  a través de las urnas. 

Es lo que entonces se llamaba la vía chilena al socialismo, un experimento que muy pronto sería destrozado, no  solo por los aviones de Pinochet, sino por toda las fuerzas  capitalistas y reaccionarias del mundo. 

Su principal slogan era  democracia, pluralismo y libertad y de la euforia de los primeros días ante la respuesta  multitudinaria del  pueblo da idea esta frase de Salvador Allende:  “Digan que aquí la historia experimenta un nuevo  giro”.  No puedo desentenderme de esta fecha porque sus acontecimientos me impactaron tanto que luego me moverían  a escribir la tesina  de fin de carrera en la Escuela de Periodismo.  Allí aprendí un poco las falacias de la prensa  de derechas ante un fenómeno nuevo que no sabían cómo quitárselo de en medio asociándolo -faltaría  más- a todos los horrores  conocidos de la época estalinista.  El secretario  de Estado norteamericano advirtió del peligro que suponía que aquel  experimento se repitiera en Europa , casos de España, Portugal y Grecia.

No voy a repetir aquí la crueldad de Pinochet y su infame cohorte de horrores. Su caso me sirve para establecer  paralelismos fúnebres con nuestro país, porque también los chilenos pasan ahora  por los mismos problemas de memoria histórica que  sufrimos aquí.   Jóvenes que no conocieron aquello salen ahora  la calle reivindicando a las victimas de entonces. Desean librarse de una Constitución que todavía guarda el aliento del dictador y sobre todo, buscan la verdad de entonces  y el castigo de los culpables. En vano el centro derecha  recomienda  el olvido. A   dos meses de las elecciones,    derecha  oficialista y oposición  celebran  el  “pinochetazo” por separado.