El desastre de Lehman Brothers

De esto hace cinco años. Les  suena ¿verdad? Parece un equipo de baloncesto o un club filantrópico sobre la  conservación de la  estratosfera, pero en realidad era una máquina de hacer dinero, un banco de inversión. 

En el año 2008 este banco dio en quiebra  provocando tal destrozo en el sistema  financiero que todavía padecemos sus consecuencias tóxicas. Europa y Estados Unidos  reaccionaron antes pero aquí en España, entre que Rodríguez Zapatero no vio la crisis a tiempo  y un Partido Popular (PP) que necesitaba poder echarle toda la culpa del pudridero capitalista, apenas si se habló de Lehman Brothers, y conste que el ministro Luis De Guindos conocía bien el asunto, lo mismo que ese nieto del exministro de Franco Martín Artajo a quien ahora presuntamente  persigue la justicia por ocultar la nada despreciable cantidad de cuatro mil quinientos millones. 

A su tiempo se editaron importantes libros, se hicieron numerosas películas para explicar el origen y desarrollo de la crisis  económica, sin embargo  los defensores  del sistema   al que tanto aman, callaron  como putos; les faltó tiempo para convencer al personal de que toda la maldad estaba encarnada  en el socialismo gastón y despilfarrador. Era el paso obligado para la  austera política de  recortes. A partir de aquí el PP olvida su programa electoral y, como ya tiene a quien culpar, favorece el despido libre, recorta el sueldo de los funcionarios, trata de cargarse la  sanidad y la educación publicas, ahorra sin piedad  aboliendo  la ley de dependencia.

La austeridad pregonada por la Merkel será la norma a seguir en hospitales y universidades, no es extraño por tanto que la calle se llene de estudiantes y de mareas blancas  que protestan. 

¿Cuál era la razón escondida de esta táctica de la derecha en el poder? Muy sencilla. Ante el temor de que el sistema se fuera al carajo, le hacen pagar a los contribuyentes los trastornos organizativos de cajas y bancos quebrados. 

Ayer llegaron los hombres de negro. Vienen a inspeccionar las condiciones de los préstamos bancarios. No los perdamos de vista.