Almería es una de las provincias con mayor diversidad biológica y paisajística, hasta el punto de contar con un porcentaje de espacios protegidos de los mas elevados de Europa.
Quiero empezar diciendo que la expresión “parque natural”, es aplicada a determinadas zonas de naturaleza singular, que a su vez implican una ordenación de recursos, que nos conducen a una protección y conservación del medio natural en su conjunto social, económico y cultural.
Nos encontramos ante una tierra cuya sierra geológicamente tiene un origen volcánico con una antigüedad que oscila entre los 12 y 17 millones de años, con una temperatura media de 20ºC y unas precipitaciones aproximadas de 200 mm/año.
Tiene una extensión de 26.000 hectáreas terrestres, así como 12.000 hectáreas que conformarían la franja marina; comprendidas dentro de la sierra de Cabo de Gata y de los municipios de Almería, Carboneras y Níjar. Su gran diversidad cultural la conforma una tecnología que ha permitido la explotación de las minas de oro de Rodalquilar, así como los numerosos medios empleados en la construcción de aljibes, norias y pozos. La vegetación del parque destaca por sus formaciones de carrizos y juncos en zonas palustres, así como prados de poseidonia en fondos marinos que debido a su escasez de suelo, origina un tapiz vegetal que produce un mosaico de elementos que destacan por su singularidad en el contexto europeo, entre ellos los peculiares espinos: Azufaifo y comical, palma enana o el palmito y el esparto, sumado a diferentes elementos endémicos que cuentan con un amplio catálogo de especies (más de mil).
Recomendaría al visitante, no perderse la magnífica visión que le ofrece el paisaje desde el Faro de Cabo de Gata, pudiendo observar las afiladas puntas del Arrecife de las Sirenas, disfrutando de una mirada espectacular que nos brinda al oeste el Cabo de Gata y las playas de Poniente, al este la multitud de calas y playas de Levante y no muy lejos, remontándonos al periodo Nazarí encontraremos la Torre Vigía de la Vela, que recibe su nombre de una toba de materiales blancos en forma de vela que hay en la roca.
El incomparable marco de su costa nos brinda la belleza de playas como la Playa del Charco, larga y llana de arena de grosor medio y un color dorado pálido; la Playa de Cabo de Gata, que es larguísima con arena fina, la Playa de La Almadraba de Monteleva, la del Fabriquillo, aquí la arena se alterna con la grava, la Playa de Arcón de Cabo de Gata, donde hace presencia el material volcánico, da a la grava un color rojizo, y el antiguo castillo de San Francisco de Paula, sobre el que se levanta el Faro de Cabo de Gata.
Nuestro entorno es el mas rico testamento.
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