¿Hemos perdido la memoria?

¿Hemos perdido la memoria?

Mar Verdejo
23:54 • 27 sept. 2013

Llegó de nuevo el otoño y en ese estado de melancolía escribí: “Olvidé el camino sinuoso de caricias. Olvidé que el viento tozudo se lleva la huella de lo vivido. Olvidé, te olvide: ¿olvidaste? Llegó el Otoño y soy árbol desprendiéndose de órganos fotosintéticos.” 


El día 28 de septiembre del 2012 ocurrió una fatídica riada en la zona del Levante almeriense: ¿Tan fácil nos resulta olvidar lo que sucedió? ¿Las administraciones creen que metiendo la cabeza bajo la tierra como las avestruces no volveremos a tener que lamentarnos, ni volverá a llover? ¿A qué esperan para tomar medidas necesarias? ¿Es necesaria otra tragedia?  El día 30 de Agosto de este año la zona se volvió a inundar y, como cada temporada de lluvias, la provincia mira con recelo al cielo. 


Las administraciones deberían hacer público si hay un correcto estudio del territorio: si la zona está catalogada por la Junta de Andalucía como inundable ¿por qué se ha urbanizado allí? ¿Qué probabilidades hay de que vuelva a ocurrir y qué efectos tendría? ¿Qué medidas constructivas y de mantenimiento se han llevado a cabo? ¿Son suficientes? Dada la fragilidad del territorio a las avenidas: ¿hay diseñado un protocolo de alerta (sistema de alerta temprana) que fuese capaz de llegar a todos los ciudadanos en el menor tiempo posible? ¿Se considera la erosión costera que se produce  mayoritariamente por la presa del Río Almanzora y hace que esta zona sea  más frágil a los oleajes de levante? ¿Qué dimensiones tendrían los efectos de una avenida y este tipo de oleaje?  Todos estos pasos deberían estar abiertos a un proceso participativo a la ciudadanía, para que no vengan impuestos de arriba abajo y con la máxima trasparencia en la información. 




Las avenidas son un proceso natural, lo que no es normal, es el proceso constructivo que se ha llevado a cabo en la zona sin ser respetuoso con los procesos naturales que allí se dan. 


En la presentación de las jornadas de medio ambiente organizadas por el colectivo “Argaria” para recordar la fatídica inundación del 28 de septiembre de 2012, conocida también por San Wenceslao, dicen lo siguiente: “No podemos evitar una tormenta, pero sí conseguir paliar el alcance de sus consecuencias”. Efectivamente no podemos obviar la fuerza de la naturaleza, pero hemos desaprendido a vivir en equilibrio con ella: desde el inicio de las civilizaciones se ha hecho, es cuestión de supervivencia en el medio. 




La avaricia especulativa nos hace incapaces de leer, como antes, la naturaleza por mucha alta tecnología que tengamos: ¿por qué no escuchamos a los científicos y técnicos?  ¿y la voz de los ciudadanos?  Es hora de informar y actuar.





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