Faltó lo de ser rentables. Escrito queda ahora. Cuando se anuncia que el de la capital va a contar en otoño con las presencia de más de veinticinco mil personas y distintas ferias y algún que otro congreso, no puedo por menos que pensar en el de Aguadulce. El viejo palomar del norte de Aguadulce y que a su sombra tan importantes ganancias urbanísticas produjo a los propietarios del suelo. Hubo un tiempo, lejano él, en el que se quiso crear una institución o comité de ferias y congresos en la provincia. Decían que era lo lógico y lo que funcionaba en el resto de provincias. Estaba muy empeñado en conseguirlo el por entonces presidente socialista de la diputación, Tomás Azorín. El hombre tuvo que tirar la toalla, no pudo ante las circunstancias que entonces se vivían en la Cámara de Comercio. La Expo era una máquina de hacer “billetitos verdes” y no se quería perder el control de las ferias y los congresos.
(Cualquier político de aquellos años que no tenga miedo a la verdad nos tendría que contar algún día la larga y penosa historia de por qué el Palacio de Congresos no se construyó en la capital y se nos fue a las montañas de Aguadulce).
Pasaron los años, la feria agrícola fue perdiendo fuerza y lo que habían sido grandes ingresos se convirtieron en pérdidas. Hasta llegar a tener que tirar la toalla, como así ha ocurrido. ¿Habría que haber creado en su momento la institución ferial? Indudablemente. Como se tendría que haber creado el patronato de la Alcazaba y tantos otros estamentos que no interesan a políticas y políticos concretos. Con la llegada del 2005 y el Palacio del Toyo se agrava la situación. Si un palacio ya tiene problemas para mantenerse, se pueden imaginar lo que ocurre con dos. Y en esas están, buscando cualquier solución que llene el cajón de Aguadulce, pues los meses pasan, los gastos se acumulan y las soluciones son cada día más difíciles de encontrar.
¿Y juntos podrían salir adelante? Ahora ya no va a interesar a según quien montar una institución que se haga responsable de los dos palacios de congresos. Supongo que la Cámara, el ayuntamiento de Roquetas y la diputación estarían por esa labor. ¿Está el ayuntamiento de la capital por unir el futuro de su palacio al de Aguadulce?
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