Hasta a la izquierda le sale la especulación por los poros

Se viene discutiendo estos días si la Junta saca a la venta los solares que le dio Zapatero por aquello de la deuda histórica andaluza. En Almería nos endosaron unos cuantos en la zona de Retamar. Algunos pensamos que fue un engaño, pero como venía de Zp la Junta bajó las orejas y desde entonces silencio. La idea ha partido de los jefes de Iu en Sevilla con vara de mando en el gobierno andaluz, y que ante la situación económica que viven, ven una solución en la venta de terreno público. ¿Lo podemos llamar patrimonio público? La izquierda quiere desprenderse de unos solares que son de todos los almerienses, quien nos lo iba a decir de ellos, que se llaman defensores de lo público.

No tengo nada en contra de que se vendan los solares del Toyo,  ya lo hizo Diego Cervantes en su tiempo de concejal de urbanismo y gracias a ello nació la nueva Retamar. Con algún problema aún por solucionar, cierto es, pero haciendo camino. Creo que los señores de Iu tendrían que tener más cuidado con los mensajes que lanzan a los ciudadanos, pues algunos no se entienden, o se entienden demasiado. Dando una vuelta por nuestra Almería, Rafael Esteban ha manifestado que no es el momento de vender ya que los precios de estos solares están muy por debajo de su realidad. Don Rafael pone en práctica la famosa especulación que tanto se persigue en el propietario de suelo, que lo guarda y lo atesora sin sacarlo al mercado hasta que no llegue al precio que a él le interesa. El edil de Iu quiere hacer lo mismo, “no vender ahora y esperar a tiempos mejores”. ¿A esto se le puede llamar especulación? ¿La izquierda puede dedicarse a la especulación? 

Lo que no tiene sentido es que la especulación nos parezca buena cuando nos beneficia y mala en las demás situaciones. De ahí que cada vez que un político limita un bien esté provocando la especulación. Y en el suelo son ellos los que mandan. ¿No han pensado ustedes a quién benefician estos señores que cuando trazan la línea que divide el suelo? Aquí se puede construir, aquí no se puede construir. ¿Quién son por lo tanto los primeros especuladores del suelo? Aquellos que tienen la posibilidad de influir en los que salen a los mercados, y nadie duda de que la tiza la tienen y la usan los políticos.