El paisanaje urbano va cambiando a velocidades dolorosas: se han duplicado, desde el 2007, los españoles que tienen ingresos por debajo de los 307 euros al mes, según el Observatorio de la Realidad Social 2012 de Cáritas.
En cambio ha aumentado un 13 % el número de millonarios en cuestión de un año, pero éstos desde luego ven otra realidad: el paisaje en las Islas Caimán es cómo vivir en otro planeta alejado de la realidad de la que se nutren o, mejor dicho, de la que parasitan.
Hay otro grupo, el mayoritario, que a duras penas llega a final de mes y en el que la palabra crisis forma ya parte de su vocabulario diario en tono de lamento agónico.
La Renta en los hogares españoles desde el 2007 ha caído un 10% según el informe Foessa del 2013 ¿Pero hemos llegado hasta aquí en tan sólo unos años?
Tras treinta años de democracia española, la sociedad sufre la mayor desigualdad: las políticas de recortes y de empleo nos han llevado a unos niveles de pobreza arrastrados desde incluso los tiempos de bonanza, en estos tiempos no nos dedicamos a reducir esta desigualdad. Luis Ayala, catedrático de Economía Aplicada da un dato: “durante los años previos a la crisis, cuando España crecía entre un 3% y un 4% año el empleo hacía lo propio, y la tasa de pobreza apenas se movió”.
El modelo neoliberal está arrasando con los servicios públicos y políticas públicas haciendo mayor las diferencias sociales. Al aumento de esta brecha social hay que sumarle los datos mediocres que ya arrastrábamos.
¿Cómo permite el Gobierno, según expertos en la Hacienda Pública, perder 90.000 millones de euros al año por fraude fiscal? Este fraude está perpetrado en un 72% por grandes empresas y fortunas, que según el Observatorio de la Responsabilidad Social Corporativa, 33 de las 35 empresas del Ibex 35 tienen fondos en paraísos fiscales.
En cambio no tiembla el pulso para subir impuestos indirectos como el IVA: el sistema tributario no está suficientemente redistribuido. No podemos seguir con la política de recortes en educación, sanidad y pensiones, ya que son los pilares básicos para reducir las desigualdades. Hay que recuperar el empleo, pero asegurando que recuperemos también el bienestar. Implantar una renta básica, que asegure una renta mínima a la ciudadanía.
Esta propuesta cada vez es más aplaudida por las miles de ONG que trabajan contra las desigualdades sociales y de partidos políticos como EQUO. Hay que dar luz a los millones de personas que están en el túnel a oscuras; y hay alternativas. Otra política social es posible y no es la caridad ni la beneficencia: ¿Reiniciamos?
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/49687/la-riqueza-que-empobrece