Hubo un tiempo en Almería en que llegó a creerse que aquí no llovía porque unas avionetas (presuntamente murcianas) se llevaban las nubes. Un alcalde quiso someterlo a votación, pero la verdad científica no es cosa de urnas.
La mayoría absoluta sí se puede decir que es cosa aritmética, lo dijo Borges. En nuestro Parlamento, las mayorías tienen dos caras, la positiva que agiliza los proyectos embarrancados y la negativa que se desentiende de lo que diga la oposición.
Ya conté otra vez que cuando suben a la tribuna los portavoces de la izquierda, parte del PP se despereza, respira, entra al bar a tomarse un martini, desahoga la vejiga, y espera el final. A mi juicio, las leyes de educación no merecen este juego negativo. Se trata de algo en donde todos los sectores de la sociedad están interesados. Un PP sin mayoría absoluta habría dialogado más con los demás partidos, y hoy la comunidad educativa no estaría en huelga de manera tan unánime, pero por lo visto los españoles no nos merecemos una Ley de Educación que traspase el color político de los gobernos. Ante la universalidad de la huelga, que abarca desde infantiles hasta universitarios, con asistencia de docentes y padres de familia y bastantes abuelos, ya los descontentos están diciendo que tumbarán la Ley Wert en cuanto el PP pierda la mayoría... O sea, que la fiesta de la irracionalidad educativa la tenemos asegurada para largo.
Si nos contemplara un marciano desde algún asteroide se diría: “pero, coño, ¿qué les pasa a estos españoles que siempre están danzando como zulúes en torno a una hoguera?”. Tratándose de educación, la derecha de este país se pone como trastornada. Piensa que solo ella debe estudiar y ocupar los mejores cargos, amén del negocio que supone la enseñanza privada. La clase media baja se entregó en brazos del PP creyendo que los pobres podrían seguir siendo ingenieros, jueces, abogados etc. Qué error, qué inmenso error... Otra vez apareció la muralla clasista, o sea, exámenes externos, reválidas, nada de consejos escolares... miles de millones en recortes, menos profesores, costosas matrículas, menos becas y ayudas a comedores y libros. En fin, te vas a enterar, izquierda. Solo te queda la huelga general.
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