De cañas con los profetas

De cañas con los profetas

Jose Fernández
22:03 • 29 oct. 2013

Almería, tierra de cine. De lo tediosas y aburridas que son las horas entre escena y escena no sólo da buena fe un paisano que anda por ahí con la misma cara de Henry Fonda, sino también los hosteleros del centro, que viven estos días un repunte de gamba roja y autógrafos gracias al equipo de rodaje de la película “Exodus”. Los jóvenes almerienses salen de marcha y se topan con actores simpáticos y marchosos que se fotografían y brindan con ellos en alardes de proximidad que, si bien animan mucho los perfiles de las redes y las crónicas de sociedad de la prensa local, rompen un poco la mítica distante y reservada de esos actores de antaño, que tenían un aura de zarza ardiente que echaba para atrás a casi todos, salvo a los guayabos que a hurtadillas acudían a los hoteles o yates de los popularísimos a terminar las madrugadas de flamenco y vino en un primerísimo plano. Pero nada se sabe del argumento de la película que rueda Ridley Scott o de si su protagonista, Christian Bale, podrá hacer olvidar la pelambrera cardada y enfurecida de Charlton Heston mandando a tomar por saco las tablas de la ley al encontrarse al personal de barbacoa. Lo que se rueda ahora es esa misma historia, sesenta años después de que Cecil B. De Mile nos contase la Biblia en diez mandamientos. “El primero, no aburrir”, decía el primer cineasta que abrió el Mar Rojo sin ordenadores. Desconocemos, ya digo, el planteamiento argumental de la nueva versión que se rueda en Tabernas, pero no descartemos la aparición de los habituales portavoces de la causa palestina pidiendo parar el rodaje o la dimisión de Mr. Scott. Por si no lo saben, una empresa de riego por goteo con sede en Almería está recibiendo todo tipo de críticas por servir productos a los asentamientos israelíes de Cisjordania. Así que a ver cómo ruedan ahora lo de la lluvia de maná sin que parezca la ayuda americana a Israel.







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