Felipe González escribe su libro siempre interesante para el conocimiento del país. Igualmente José María Aznar hace lo propio. Al fin y al cabo fue presidente del Gobierno, inevitable protagonista y testigo de muchos episodios de transcendencia. Hasta aquí nada tengo que oponer.
Ahora bien, me llama la atención que los dos libros fueran presentados el misma día con la pomposa liturgia mediática que suele acompañar a estas ceremonias. ¿Se pusieron de acuerdo previamente los dos autores o fue una fortuita coincidencia de las editoriales? Nunca lo sabré.
Más importante es aún lo que ocurrió poco después. El PSOE celebraba su Conferencia Política en Madrid, acontecimiento encaminado a su renovación radical. Ese mismo día se reunía en Córdoba la plana mayor de la ejecutiva del PP para celebrar también lo que ellos llaman la Interparlamentaria. No tiene nada de particular que la Cospedal aprovechara la alta ocasión para criticar al socialismo diciendo que no tiene proyecto , etc. Supongo que en las reuniones congresuales del PSOE estaría también gravitando la política del PP. A esto le llaman contraprogramación que es como hablar de Messi pero sin perder nunca de vista a Cristiano Ronaldo y viceversa. A los periodistas que no escribimos bajo ninguna consigna por supuesto tampoco cobramos por ello, nos revienta no poco esta dialéctica de sótano de cafetería. Hay periódicos que cuando la competencia levanta una gran noticia de gran interés entre los lectores, enseguida ellos ponen otra más gorda que le haga sombra o por lo menos aminore el impacto del otro diario.
Hablar de corrupción refiriéndose al partido conservador es exponerte a recibir un montón de correos que te recuerdan Filesa, los líos de UGT y los ERES andaluces. ¿No sería más justo y operativo hablar solo de un partido sin mentar al otro? Si no rompemos con este ritmo binario nunca nos enteraremos de nada. Oiga usted, yo he criticado un aspecto concreto del PP. Conteste a eso y déjese del “tú más” del PSOE, porque estamos ante un diálogo de sordos. Este por ejemplo: ¿va usted para la mar? No, voy para la mar. Ah, yo creía que iba para la mar.
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