No hace falta decir que carezco de base matemática para medio entender a Newton y a Einstein, dos de las biografías que leo estos días. Es cierto que allá en los rincones de mi cerebro me suenan conceptos como cálculo infinitesimal, integral y derivada, relatividad del espacio tiempo etc. Hoy me sería imposible una explicación ni siquiera aproximada en una pizarra escolar con profusión de ecuaciones. Así que cuando en la lectura tropiezo con estos jeroglíficos algebraicos me los salto como un gamo volviendo al alumno de letras que siempre fui. Lo cual no quiere decir que no me aproveche de lo que popularmente todo el mundo sabe ya sobre los genios que admiro atreviéndome a interpretar la política con ayuda de la física.
Todo es relativo. El espacio es el tiempo. Estamos a merced, se quiera o no, de las leyes de la gravedad. Cuántas cosas han cambiado en este país desde que murió Franco. Podría publicar una larga lista de compañeros que en los primeros ardores de la Transición fueron incansables revolucionarios. Jamás pensaron que iba a llegar un día en que pasarían las tardes en la paz de un casino hablando con los tenderos de déficit y de tantos por ciento. Pero así son las cosas. Todo depende del lugar que uno ocupa en la estructura social. Mientras eres un triste jornalero, cuyo sueldo (si es que lo tienes) no te llega a fin de mes, no te importa apuntarte a cualquier movimiento que intente cambiar las cosas. Ahora bien, cuando comienzas a instalarte en la vida, tocas el bienestar, comes mejor y vas al fútbol los domingos, se va inoculando en tu espíritu el veneno burgués y hasta miras con complacencia la política de recortes y el despido libre. Lo dijo muy bien Carlos Marx. Más o menos es algo así como que la conciencia no cambia las relaciones sociolaborales donde está inserto el individuo sino al revés. Y aquí reside la razón de los profundos cambios que sufren algunas personas que comenzaron pensando como Mao Tse Tung y ahora subrayan todo lo que defiende Mayor Oreja. Lo difícil es ser fiel a las ideas antes que el bolsillo. No busquemos mas argumentos para explicar los que pasa en UGT o en Génova 4. Nos gusta a todos vivir bien, lo demás es comedia.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/51286/de-como-eramos-ayer-y-como-somos-hoy