El día 20 de Noviembre de 2011, España celebró elecciones generales con el resultado, por todos conocido, de una arrolladora victoria del Partido Popular y un hundimiento histórico del Partido Socialista después de 8 años de Gobierno.
Llegado al ecuador de la legislatura, parece momento oportuno para, desde mi independencia apartidista, intentar hacer un análisis lo más aproximado posible de estos dos últimos años, sin plantearme ser excesivamente exhaustivo.
Es verdad que 2 años no es excesivo tiempo. Desde el conocimiento que yo pueda tener de una Administración Pública, llegar al Gobierno desde la oposición en la que se ha estado casi 8 años supone un esfuerzo de adaptación y conocimiento que, prácticamente, se lleva el primer año para intentar poner en marcha las medidas programáticas refrendadas tan mayoritariamente por los españoles, máxime recibiendo informaciones del ámbito económico que, como se demostró al poco tiempo, eran absolutamente falsas. Me refiero básicamente al tremendo déficit de las administraciones públicas, 3 ó 4 puntos por encima de lo que el Sr. Rodríguez Zapatero reconoció en el momento de la transmisión de poderes. Si cada punto de incremento del déficit venía a suponer 10.000 millones de euros más, es obvio que las cuentas no podían salirle al Sr. Rajoy. De esta manera era imposible que pudiera cumplir de inmediato sus planes de Gobierno. Necesitaba más ingresos rápidamente, de ahí su grave incumplimiento electoral respecto a los impuestos.
Consecuencia de ese déficit y la deuda, durante casi todo el año 2012 estuvo revoloteando la posibilidad de ser rescatados por parte de la Comisión Europea, al igual que Portugal o Grecia.
Los problemas que para la sociedad española hubiese supuesto ese rescate yo creo que no han sido suficientemente explicados por el Gobierno, pero es indudable que los sufrimientos que hubiera producido a nuestro país, habrían sido infinitamente mayores, pese a los grandes recortes a todos los niveles y sectores. Junto a todo ello, se habría producido una importante pérdida de soberanía.
Este ha sido el principal logro del Sr. Rajoy y este peligro hoy no parece existir. Lo que sucede es que este logro y la mayor solvencia macroeconómica actual de España no es percibida por el ciudadano de a pie en lo más tangible, la creación de puestos de trabajo, especialmente para los más jóvenes. Este es el gran reto que tiene Rajoy llegado al paso del ecuador, junto con el problema catalán, y seguramente vasco, que va a poner a prueba sus dotes de gobernante. En su conjunto creo que en estos dos años ha habido más luces que sombras. Dentro de otros dos, las urnas volverán a dictar sentencia.
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