El espíritu del 78

“La mayoría estaremos de acuerdo en que este país ha cambiado para bien en estos 35 años”

José Luis Sánchez Teruel
01:00 • 08 dic. 2013

Si echamos la vista atrás, hasta aquel 6 de diciembre de 1978, la mayoría estaremos de acuerdo en que este país ha cambiado para bien en estos treinta y cinco años, o al menos durante una buena etapa de ese tiempo en el que derechos como la universalidad de la sanidad pública, la implantación de un sistema educativo basado en los principios constitucionales o la Ley de Dependencia sentaron las bases de lo que queríamos ser y hasta dónde queríamos llegar.


Sin embargo, las reformas promovidas en los dos últimos años por el Gobierno del Partido Popular han debilitado esas estructuras del Estado de Bienestar que considerábamos intocables, recortado derechos sociales, laborales y servicios públicos. Además, estamos viendo cómo se aproxima una oleada de leyes y de políticas que pueden afectar también gravemente a los derechos civiles, políticos y a las libertades y garantías recogidas en la Carta Magna.


Este aniversario de la Constitución se celebra, por lo tanto, en un momento extraordinariamente difícil para muchas personas que se sienten azotadas por una grave crisis económica, cuya consecuencia dramática es la perdida de cualquier expectativa vital, la desafección de la ciudadanía hacia la política y una progresiva desconfianza hacia las instituciones. Recuperar esa confianza es fundamental y requiere, por ejemplo, medidas contundentes contra la corrupción y la reforma de la Ley de financiación de los partidos políticos, con filtros eficaces en la prevención y con un endurecimiento de las sanciones administrativas y penales.




España ha conseguido las mayores cotas de libertad e igualdad y el periodo más largo de convivencia pacífica de su historia durante estos últimos 35 años. Para preservar todo lo que juntos hemos conseguido, es necesario que recuperemos aquel espíritu del 78, aquella voluntad de diálogo y consenso que permitió que avanzáramos de manera colectiva e individual, que nos desarrolláramos como personas desde la libertad y con la garantía de unos derechos que se fueron consolidando. Eso es lo que ahora está en cuestión y lo que toca defender de nuevo.


Somos conscientes de que la realidad de este tiempo, distinta a la de 1978, hace necesaria la adaptación de nuestra Carta Magna, pero también debemos, como entonces, tener la determinación de hacerlo todos juntos, desde la aceptación de que podemos discrepar en algunas cuestiones pero con el convencimiento de que en lo fundamental tenemos que ponernos de acuerdo. Es inconcebible pensar que esta forma de gobernar de la derecha, desde el decreto y la imposición, pueda disfrutar de la aprobación de la mayoría de la sociedad. 






Temas relacionados

para ti

en destaque