Contrastes en época navideña

“Y lo que ocurría en la sociedad inglesa a finales del siglo XIX tampoco anda muy lejos de lo que vemos hoy”

Kayros
23:43 • 09 dic. 2013

Apenas vemos aparecer las primeras luces de la Navidad, con su tsunami de anuncios y de simbologías  alusivas, se nos llena el alma de un buenismo  empalagoso. Se dice mucho ahora eso de crear un portal. Hasta los políticos  utilizan la frase para referirse al empleo o  a cualquiera otra calamidad social. El hecho histórico  del nacimiento de un niño en la noche fría rodeado de ángeles pero echado en unas pajas    bajo  el vaho del buey y la mula, atraviesa los siglos haciéndonos a todos algo mejores, al menos desde Adviento hasta Reyes. Y es en este ciclo cuando  más contrasta el recuerdo de los  pobres, y tal vez por eso mismo duelen mucho más las crueldades.  No quisiéramos quitarle ningún mérito al voluntariado dedicado fraternalmente al alivio de la miseria humana, bien sea recogiendo alimentos  o bien visitando enfermos, pero que conste  que es  a esta luz presuntamente alegre cuando más  tristes. aparecen  las desigualdades. 


Si ustedes recuerdan, el célebre cuento de Dikens gira sobre la felicidad de una familia cristiana en fuerte contraste con la sordidez de un avaro que no vive nada más que de sus sucias monedas. Y lo que ocurría en la  sociedad inglesa a finales del siglo XIX tampoco  anda muy lejos de lo que  vemos hoy.  No lo digo por malestar a nadie ni por estropearle la cena  a los políticos, pero los medios informativos no hacen otra cosa que hablar de desahucios, enfermos dependientes, niños hambrientos. Es ese buenismo navideño que se cuela por nuestras conciencias  a la vista del clima de  egoísmo que estamos viviendo. Yo no tengo la culpa de que se hable más de la cuenta de las concertinas de Melilla. También la palabreja  se las trae porque alguien puede pensar que hablamos de Mozart cuando nos  estamos refiriendo  a las cuchillas que sajan el cuerpo de los inmigrantes. 


Y hay algo aún más grave. Es una desgracia tener ochenta años y estar  postrado en cama si poderse mover. Hasta  el momento estos muertos vivientes tenían la ayuda del Estado mediante el apoyo a la dependencia. Ahora nos enteramos  de que ni los ayuntamientos  ni tampoco las comunidades autónomas  recibirán un euro del Gobierno. Si esta no es crueldad en plena fiesta navideña que venga Dios y lo vea.







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