La búsqueda en Almería de figurantes para la superproducción Éxodus, del británico Ridley Scott, convocó durante su estancia una multitud de aspirantes al grito de “Elígeme”. La elección significó una oportunidad laboral en medio de esta crisis o un primer paso al mundo del celuloide. Muchos de los candidatos son, en apariencia, amigos entre sí. Pero la rivalidad, en el cine como en la vida, es inevitable. Uno prefiere sentirse único.
Una chica de unos veinticinco años fue rechazada tres veces. Trató de despistar al equipo de producción colándose en distintos emplazamientos. Finalmente la única manera de hacerle ver que ella "no era lo que estaban buscando" fue un megáfono desde donde le gritaron: "¡Tú, no!", haciendo alusión a su sobrepeso. La aspirante abandonó la cola muy enfadada y llorando.
Las previsiones de asistencia se desbordaron y miles de aspirantes no lograron su propósito. Todavía algunos se dejan ver con la barba, esperando, por si los llaman. Seguro que encontrarán una forma de perdonar esta decepción.
La película gira en torno al episodio del éxodo en el que Moisés (Christian Bale) dirige a su pueblo por el desierto. Quizás estas referencias durante el casting bien podrían parecerse a la travesía del desierto que cada uno, como un éxodo obligado, tiene que superar por sí mismo en esta vida o en la otra, si es que la hay.
Hasta para un puesto de figurante hace falta esfuerzo y superación. Muchos son los que pasaron alguna noche a la intemperie en una tienda de campaña, con una silla de playa, una manta, un bocadillo y un libro sobre la historia de Moisés.
La recientemente fallecida Doris Leesing, Premio Nobel de Literatura en 2007, dijo que "el talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia". Hay que volver a intentarlo.
Pienso que en nuestra vida somos figurantes, danzarines en una pequeña representación personal y en una lucha cuerpo a cuerpo y, aunque nuestra actitud en ocasiones pierda la paciencia, siempre habrá cerca una "claqueta" que nos indique acción y nos levante cuando nos demos el "castañazo" contra el suelo. Pero, sobre todo, el empeño. Siempre nos elevará el empeño hacia nuestro destino.
El cantante americano de soul, Teddy Pendergrass, tuvo un accidente de tráfico en 1982 y quedó paralizado de cintura para abajo. Aquella experiencia no le convirtió en un cero total en su vida, sino que le empujó a crear la Fundación Teddy Pendergrass Alliance para ayudar a personas con lesiones de columna vertebral. No sólo eso, sino además interpretó canciones tan brillantes como Choose me (Elígeme, 1984). Cuando el fracaso se planta de frente se tiende a abandonar las cosas que más se aman y una de ellas puede ser uno mismo. Recojo aquí una frase de la película Blade Runner, también dirigida por Ridley Scott en 1982: "Es toda una experiencia vivir con miedo ¿verdad? Eso es lo que significa ser esclavo".
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