A vueltas con el programa del PP

“Después de treinta años, aquí están otra vez los famosos antagonismos de las dos Españas”

Kayros
23:46 • 27 dic. 2013

La ley del  aborto promovida por el PP está siendo muy controvertida.  Alberto Ruiz Gallardón se defiende del aluvión de críticas de aquí y de allá (algunas hasta de su propio partido) diciendo  que tales postulados doctrinales  estaban  ya en el programa electoral. Como el papel  todo  lo guanta, es posible que estuviera  en el  programa. Sin embargo todos sabemos que nada más ganar las elecciones , lo que realmente se produjo respecto a  las propuestas  fue un cambio monumental. De no subir los impuestos pasaron a no dejar un euro para dependencia. De no tocar las pensiones las dejaron escuálidas de tanto manosearlas, de  defender a ultranza la educación y la sanidad públicas, impusieron el copago en medicinas  y las tasas académicas,  en fin, de terminar con el paro, lo que hicieron fue abaratar el despido  beneficiando  al capital  a requerimientos de la  derecha europea.  La lista de promesas incumplidas y sustituidas por  otras aún más crueles podría ser bastante  larga. Se me perdonará pues que no venga  aquí  a comentar  el tocho del programa  conservador. Ahora  bien, una vez alcanzado el poder  con mayoría  absoluta, lo más lógico es preguntarse para quién gobierna el PP. ¿Solo para la ultraderecha resabiada por  el hundimiento del franquismo? ¿Solo para los grupos eclesiales  más retrógados  pastoreados por la Conferencia Episcopal? ¿Por qué han sido cambiadas tantas cosas del programa original y en cambio siguen intactas las exigencias de los grupos más reaccionarios? Admitamos que la política de la Moncloa responde a criterios ideológicos de un partido ganador  de las elecciones que actúa en consecuencia. Pero no es eso todo lo que hace falta en una España desgarrada que quiere volver de nuevo a la dialéctica infernal de las dos Españas. Después de treinta años, aquí están otra vez los famosos antagonismos, las estúpidas  divisiones, la España, en suma,  viejo problema irredento del que tanto hablaron nuestros intelectuales más conspicuos. Rajoy debiera  hablar más con Rubalcaba, y en el caso de la ley de divorcio, contar más con el parecer de las mujeres. Si los hombres parieran tendríamos menos problemas con el aborto. A ver si cuando el PP deje el gobierno, aquí nos enteramos de que nunca hubo democracia.







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