Pirómanos, subvencionesy cerillas

Esto de seguir dando dinero a espuertas es una falta de respeto a los contribuyentes

Jose Fernández
22:45 • 22 ene. 2014

A un pirómano no se le deben regalar cerillas a no ser que, por alguna razón, se esté interesado en que el bosque salga ardiendo de cuando en cuando. Por tanto, habrá que considerar de alto riesgo (o al menos de riesgo calculado) el gesto que acaba de tener la presidenta de la Junta Andalucía, Susana Díaz, concediendo a UGT otros 3,6 millones de euros de subvención para el Plan Orienta. A pesar de las evidencias que se abaten sobre este sindicato y a pesar de que este programa está precisamente dentro de las investigaciones que tratan de esclarecer el indecente uso del dinero público por parte del colectivo sindical, la presidenta –la del “no me temblará la mano”- ha autorizado una nueva subvención a sus compañeros. 


Pero esto de seguir dando dinero a espuertas a quien tan poco escrupuloso se ha mostrado en su custodia y trazabilidad no sólo es un gesto cuando menos arriesgado, sino también una falta de respeto a los contribuyentes que llegaron a tomar en serio esa retahíla de declaraciones de manual con las que la señora presidenta quería mostrar la “tolerancia cero” de la Junta con estas malas prácticas sindicales. Pero una cosa es la prédica, en donde son consumados especialistas, y otra bien distinta las fanegas de trigo. Y mira que lo tenían fácil. 


La Junta podría haber aplicado la Ley de Subvenciones, cerrar el grifo a los sospechosos de desparrame, exigirles la devolución del dinero desaparecido y crujirles una multa de las que hacen época. Pero no. En lugar de aplicar el sentido común se han limitado a mirar hacia otro lado y seguir regalando el dinero de todos los andaluces a sindicalistas que han hecho del mangazo un modo de vida. ¿Las razones? Vuelvo al principio: habrá a quien interese o no importe que quien ha acreditado su capacidad para el saqueo siga en su misma línea. 







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