¡Ojo a los datos, paisanos!

Entre profesores de periodismo ya es una verdad asumida que la cercanía interesa  mucho más que la distancia. Hay quien al echarse  a la cara el periódico lo primero que busca  son las noticias de su ciudad o su barrio pasando por la sección de internacional como las golondrinas   por  el telégrafo.  Para un almeriense lo urgente es  enterarse   de la nieve de Vélez  Blanco, no    de la  de Arkansas  City. Esto es así y por algo se cierran periódicos nacionales  mientras aumenta el número  de  los de provincias,  Por culpa de las nuevas tecnologías, la información instantánea está dando la vuelta al principio de la cercanía y ahora  nos enteramos  al mismo tiempo  de los muertos que ha producido  un terremoto en Filipinas que del crimen ocurrido  en el pueblo   de al lado. Hace falta pues  un nuevo  lector de periódicos que alcance a relacionar lo que ocurre fuera con lo que  pasa aquí.¿ Quien iba  a sospechar que lo nuestro se explicaría mejor  conociendo  lo que ocurre lejos? Pongamos algunos ejemplos esclarecedores. Miren, aquí hablamos todos los días del  paro, de las diferencias sociales. El mundo no se arregla por más que los políticos se  mueran  por nosotros. Fíjense en  los datos que da la prensa estos días. El 1% por ciento  de la población mundial tiene en su poder la riqueza de la Tierra. La élites concentran la mayor parte del PIB de  todos los países.  Las 85 personas más ricas  manejan tanta pasta como las 3.570 millones más pobres. Y  por decir algo de nuestra querida España, digamos que nuestro país es el más desigual  en Europa, después de Letonia. Según un  Premo Nobel,  estas desigualdades planetarias son las que impiden el desarrollo económico. Ahora pónganse ustedes a meditar la razón de porqué hay tanta pobreza   y porqué tienen que emigrar nuestros jóvenes  más valiosos .  Con este trastorno estructural  no  es raro que  vaya creciendo el malestar de los hombres cada día más próximos al estallido de  las masas. Y menos mal que  están reunidos en  Davos la crema de  nuestra intelectualidad para  ver si le dan una mano de pintura al orbe que anda sin enterarse. Nosotros hemos enviado a  la alcaldesa de Madrid ,  la que dijo que el progreso de la humanidad se dependía  de su partido. A ver si hay suerte.