Un actor de cine o de teatro está acostumbrado a encarnar ya sea en un film o en la estrechez de un escenario los grandes problemas de su sociedad. De ahí que disfrute de un alto nivel de conciencia crítica. La gente ajena al teatro o al cine suele decir que los cómicos son una casta privilegiada porque siempre están exigiéndole al Estado lo que no piden otros sectores profesionales. Tal vez ésta sea una de las confusiones de nuestro tiempo. Sin embargo tampoco hay que olvidar que la contestación subyace en el origen del teatro y ésta ha sido constante en toda nuestra cultura, desde un Aristófanes que se reía de lo gandules que eran los dioses en el Olimpo hasta un Darío Fo que la tomó contra la corrupción de la política italiana. En nuestro país se acaba de escribir que nuestros políticos no pintan nada internacionalmente mientras que el cine español se abre paso en festivales y simposios de allende las fronteras. Con motivo de los premios Goya, de este año, hemos visto repetirse parte del sainete. No sabemos si el ministro de cultura había inventado una excusa para ausentarse de Madrid o si en verdad le era imposible retrasar su agenda. El caso es que no estuvo y dio lugar a sospechas de todos los colores como que había miedo por parte del ministro a ser vapuleado. Otro sector dijo que el primer deber de Wert era presidir la fiesta anual de los Goyas porque iba en su sueldo.
Pero el divorcio entre artistas y políticos parece bastante profundo. Nuestro Gobierno está obsesionado por cumplir el objetivo de déficit . Rajoy cree que esto de la cultura es un problema menor que puede esperar. Mientras tanto una entrada de cine tiene un 21% de IVA; entre el productores y distribuidores se llevan un 45% . La industria española del espectáculo no es nada boyante. El desempleo en este sector ya ni se cuenta. Parece normal, por tanto, que el malestar de nuestra sociedad encuentre en ellos(en los artistas, quiero decir), sus mejores voceros puesto que están acostumbrados a poner de relieve el desgarro social de lo que acontece fuera de nuestras casas. Un político suele ser también un comediante. Lo que ocurre es que maneja la mentira y la falsa promesa algo más de lo que debiera.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/55166/artistas-politicos-y-contestacion