Lo difícil es quedarse callado

“Para la Junta, cualquier actitud diferente al aplauso o el silencio es beligerante o confrontadora”

Jose Fernández
22:48 • 20 feb. 2014

La delegada de Gobierno de la Junta de Andalucía en Almería, Sonia Ferrer, pidió que le centrasen un balón en una rueda de prensa celebrada ayer y, ante el esférico puesto convenientemente a media altura, no dudó en rematar. “Es difícil trabajar con el Ayuntamiento de Almería”, vino a decir, explicando en la inminencia electoral la reciente escalada de desencuentros públicos. 


Es decir, que para la responsable del gobierno que acumula ya catorce años de cochambre y bloqueo en la rehabilitación de la sede del Ayuntamiento de Almería, trabajar con ese ayuntamiento es difícil. O lo que es lo mismo: la cara visible de la administración que pretendió colar al Ayuntamiento un secarral infame disfrazado como Parque del Andarax, dice que en ese ayuntamiento son más bien incómodos para trabajar.  Digo más: el cargo local más alto de la autonomía que ha urdido todas las trabas administrativas, legales y vecinales posibles para impedir que el Corte Inglés se establezca en Almería capital, dice ahora que no es fácil colaborar con ese ayuntamiento. También podríamos asegurar que la lideresa almeriense de la misma Junta que prometió, presentó y olvidó hacer un hospital materno-infantil en un solar cedido por el Ayuntamiento, dice que es complicado trabajar con ese ayuntamiento. Y no recuerdo ahora lo de la Escuela de Golf Fantasma en el Toyo o lo de la conexión de la A-92 porque me quedo sin espacio. Y es que lo verdaderamente difícil de entender para la Junta es que alguien tenga el atrevimiento de desviarse de la imparable verdad oficial para recordarles sus numerosos incumplimientos  y permanentes retrasos. Para ellos, cualquier actitud diferente al aplauso o el silencio es beligerante o confrontadora. Lo que pasa es que ante semejante alarde de frescura lo verdaderamente difícil es quedarse callado.







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