Carmen Crespo ha estado presente en todas las quinielas

Nuestra paisana estuvo en la quiniela para presidir el Partido Popular andaluz, estuvo en la de ser candidata a la junta por su partido y ahora ya se habla de que puede ser la secretaria general del partido. En los dos primeros frentes no consiguió la victoria. Creo que ella era consciente de que su nombre estaba lejos de ese sueño. En política no es bueno que aparezca demasiado pronto una imagen, puede estar llamada a ser quemada en la pira de las envidias políticas. Carmen no consiguió ser la número uno y alguien ya la presenta para el siguiente. ¿Otra vez a la hoguera? ¿Se caerá su nombre por el camino? Pronto es para decirlo, pero no les extrañe. La señora de Cospedal ha reconocido intrigas, juego sucio y desautorizaciones en el Pp a la hora de nombrar a Juan Manuel Moreno. No nos debe sorprender que en los próximos nombramientos andaluces no vaya a ocurrir lo mismo.  

Se comenta en los mentideros peperos almerienses que para que Carmen Crespo sea la secretaria andaluza lo primero que debe conseguir es la bendición del presidente Gabriel Amat. ¿Se fía Gabriel de Crespo? ¿Está por apoyar su candidatura? Se comenta un rifirrafe entre ellos cuando el nombramiento del subdelegado del gobierno en Almería, ustedes lo recordarán. Carmen quería a Pedro Asensio, y su nombre y su foto estuvo en las páginas de la prensa, mientras que Gabriel apostaba por el profesor García Lorca, hoy sentado en el despacho de la calle Arapiles. Aquella apuesta política la ganó con diferencia Amat. ¿Le interesa en estos momentos a Gabriel que Carmen tenga mayor poder en Andalucía? Si es así, si le interesa, Gabriel tiene poder como para que Carmen sea la secretaria general del partido, en caso contrario la unión entre los hermanos Amat-Arenas encontrarán la manera de que no llegue al cargo.

La desautorización, las intrigas y el juego sucio estarán siempre presentes en los partidos políticos. Se juegan los intereses particulares de cada uno de ellos, por lo que no nos debe extrañar que las navajas y bien afiladas sean práctica normal en la vida interna de los partidos. Y se les queda una cara a los perdedores. Ahí tienen estos días las de Cospedal y Sanz por un lado y la de Arenas con Moreno Bonilla por otro.