Exhumación de víctimas

Hay quien dice que mientras no gobierne la derecha en Andalucía no  habrá culminado la transición  española. Para la izquierda, en cambio,  existe otro hito más  honorable  para referirse a este  mismo suceso y es la exhumación y   digna sepultura  de las víctimas  que causó el levantamiento  fascista. Según los últimos datos de los historiadores, aquí  en Almería  fueron 371 personas las que cayeron   a consecuencia de aquel terrible telegrama de Franco: “ Fusílalo y ponte a mi servicio”. Lo vencedores levantaron un monumento funerario en todas las plazas de  España para honrar a los suyos,   sin embargo  los del otro bando,   pese a  ser  más  españoles    que Agustina de Aragón, cayeron en el  más ignominioso  olvido. Así   es como la historia hace  a veces  justicia. Nos  acercamos ya a los cien años de aquella incivil  tragedia y todavía andamos discutiendo  sobre  la manera  de saldar esta deuda con las familias  de los caídos de izquierdas. Por supuesto  los vencedores  hicieron  uso  de todas las dilaciones posibles;  dijeron que no era tiempo  ya de memoria histórica y que toda exhumación  era  en el fondo una ceremonia necrófaga y macabra encaminada   a recordar cosas que impedían la  reconciliación. Ellos,   en cambio , apenas reconocieron nunca  los crímenes  de  quienes  traicionaron  lo establecido. La propaganda   golpista se cuidó  bien de  decir que   los que luchaban con Franco eran los “nacionales”. Los otros  procedían del  extranjero y eran hijos de la barbarie sin padre ni  madre.  Bien, nunca es tarde si la dicha es buena. Parece que les llega la hora del honor  a olvidados  miembros   de  UGT y CNT: Sus  familias han pedido su exhumación habida cuenta de que  ya   saben  el lugar  exacto donde  reposan. No podemos decir   otro tanto de los 120 almerienses que aún quedan sin identificar. La Junta de Andalucía . superando problemas económicos sin cuento, anuncia que este mismo año  tendrán lugar once  exhumaciones en toda Andalucía , una de ellas en Almería. Decía Unamuno que el hombre es el único ser vivo que entierra a sus muertos. Después de una guerra fratricida, a casi un siglo de todo aquello,  querer mantener el odio como un  escudo tradicionalista y de las JONS  no es ni  siquiera humano.