Más cosas sobre los brujos

Hasta que la iglesia católica no la emprendió con las brujas por creer que hacían pacto con el demonio (de ahí las quemas  de los siglos XIV y XV) la fama de estas figuras se consideraban hasta beneficiosa. Entre la tribus primitivas  el brujo  ejercía de  jefe no solo religioso sino también político, por así decir. El viejo experimentado ejercía de médico sirviendo al propio tiempo de cohesionador social como depositario del saber. 

Solo en este último sentido se puede asociar el brujo de hoy, gurú y arúspice,  con el asesor económico de la gran empresa. Cuando hablamos con alguno de ellos, notas  que te mira con compasión como diciéndote: “pobrecillo, ya se ve que esto no es lo tuyo”.  Los profesionales  de la teoría económica se las dan a veces de científicos, pero en realidad no conozco ciencia menos exacta. Cuando la crisis dio su peor la cara, los que sabían de estas cosas se asustaron, aunque luego encontraron muy pronto la solución. Como era imposible perseguir  a los culpables pensaron que el desastre se atenuaba en parte  imponiendo la austeridad a las clases medias. Comenzaba la danza. Una vez acabado el ciclo de la construcción y pinchada la burbuja inmobiliaria, los bancos ya no se fiaban y restringían los créditos. En esto estuvo lúcida la derecha al darse cuenta de que lo primero era salvar la cuenta corriente. Alguna vez  se pasaron un poco como en Bankia y demás cajas de ahorros. En cierto modo era su sistema el  que corría peligro y por eso hubo que dar marcha atrás al programa de bajar impuestos  mordiendo el salario del trabajador. Por si fuera poco, el despido ya no requería ni siquiera la conciliación de los tiempos de Franco. 

Al empresario le cambiaron de nombre   por si recordaba al siglo XIX. Le llamaron “emprendedor” pero ni por esas. El “autoservicio” exigía recortar la educación, la sanidad y la investigación y que se congelaran las pensiones. En definitiva, la solución de los brujos europeos significaba cercenar  derechos laborales y poner la deuda rozando casi el cien por cien del PIBA. Vienen las elecciones. Sabemos lo que dirán en campaña. Los unos que hemos salido de la crisis. Los otros que estamos dentro de  la misma pero para largo.¿ Podremos dormir tranquilos?