Los peluqueros y las peluqueras de Almería se concentran hoy ante la delegación del Ministerio de Hacienda en la capital para protestar por el incremento del IVA que el Gobierno aplicó al sector, que vio como los servicios que prestan subieron del 8 al 21 por ciento de la noche a la mañana.
Si estos profesionales hubiesen aplicado este aumento a todo vecino que se acercara a una peluquería a arreglarse el pelo, ya les digo yo que nos habríamos convertido en unos ‘melenudos’ de cuidado.
Reconvertir el país Todo hace indicar que el Partido Popular tiene en la cabeza reconvertir al país en colonia hippie bajo la premisa de que donde hay pelo hay alegría. Mientras que cada día pone más difícil eso de cortarse el cabello, por otro lado sube la tarifa de la luz para que echar mano de la ‘epileidi’ o del calentador eléctrico para asearse se convierta también en un artículo de lujo. Ya verán como ante la imposibilidad económica de hacerse la cera, empiezan a incorporarse seguidores y seguidoras a ese movimiento ‘higienista’ que ha surgido en Estados Unidos contra la depilación y al que se han sumado algunas ‘celebrities’ que no dudan en mostrar sus vellos en fiestas y eventos.
En España, seamos serios, esta moda no va a llegar de la mano de ninguna celebridad sino de una alarmante falta de ‘cash’, o de lo que vulgarmente se oye por las esquinas: no tengo donde caerme muerto.
Pelo largo Para rizar el rizo- en el doble sentido de la expresión- el Ayuntamiento de Almería se ha esforzado también en darle continuidad a la corriente del pelo largo y la mugre que promueve Rajoy, subiendo el precio del recibo del agua de manera considerable. Ese síndrome de Diógenes que algunos tenemos a la hora de guardar facturas, pone en evidencia, y así también lo ha asegurado la Federación de Consumidores, FACUA, que los almerienses tenemos unas de las aguas de consumo más caras. Viva el hippismo.
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