El ministro de Hacienda explicaba ayer las cifras de ingresos y gastos de las Administraciones Públicas en 2013. Y, sobre todo, la esperada cifra de déficit público consecuencia de esos ingresos y gastos.
Al final, el objetivo impuesto por la Unión Europea se ha sobrepasado en 12 centésimas. Nadie parece haber quedado contento, excepto el Gobierno. Los que ya habían adelantado que no se cumpliría y que la cifra se iría incluso por encima del 7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), argumentan que ha habido maquillaje, que se han excluido gastos que ahora se incorporarán en los primeros meses de este año 2014.
Y los que pensaban que se iba a cumplir siguen pensando que tenemos un déficit muy abultado y que habría que haber hecho un mayor esfuerzo sobre todo por el lado del gasto. Total, que el dato no ha convencido a casi nadie, aunque en cada caso por distintas razones.
La verdad es que el esfuerzo realizado en estos dos años por las administraciones públicas en este país ha sido mayúsculo.
Hay que recordar que España ha llegado a tener un déficit superior al 11 por ciento del PIB. Sin embargo, no parece buena política empezar a echar las campanas al vuelo y ponerse a gastar más. Hay mucho trabajo por hacer sobre todo en lo que respecta a los tres pilares del estado del bienestar: sanidad, educación y pensiones. Decía el otro día en 13TV Manuel Pizarro que hay que repensar el sistema.
Hay que tener claro si queremos seguir pagando a todo el mundo, por ejemplo, una plaza de universidad. El coste es prácticamente 8.000 euros más de lo que paga cada alumno.
Y la pregunta es si hay que subvencionar por igual al que tiene recursos, al que no va a clase, al que suspende o al que se aplica. En definitiva, administrar de forma justa los escasos recursos.
Parece obvio que entramos en dos años de elecciones y que el Gobierno ha decidido que no hay más recortes sino todo lo contrario. Pero, lo gordo está sin resolver y fiarlo todo a la mejora de la economía y por tanto a los ingresos, parece una apuesta un tanto arriesgada.
Lo que me parece un ejercicio poco serio es asegurar que el Gobierno ha maquillado las cifras. Es una mentira que tendría las patitas muy cortas, ya que luego vendrá Bruselas y aplicando los criterios comunes dará su visto bueno o revisará la cifra. No creo que en el Ministerio de Hacienda estén por la labor de que le saquen los colores de una forma tan tonta.
Pero, en fin, habrá que esperar a la cifra definitiva que si se corrige el Producto Interior Bruto podría ajustarse más al objetivo o incluso mejorar algo.
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