Política sin Dios

“Da la sensación de que nuestra clase política ha arrinconado a Dios cuando debían ser nuestro modelo”

María Cassinello
21:25 • 21 abr. 2014

Hace unos años, me regaló Don Ginés García Beltrán, obispo de Guadix hoy, un pequeño libro titulado “Política sin Dios”, hace unos días leí en un periódico de tirada nacional cómo unas adolescentes, pedían un colegio laico y sin clase de Religión, aunque creo firmemente que la familia es la mayor educadora del ser humano. 


Ambas cosas me produjeron una inquietud grande, la primera porque vemos día a día cómo nuestra clase política da la sensación de que ciertamente ha arrinconado a Dios en las vidas de aquellos que deberían ser nuestros modelos. 


Resulta inquietantes las conductas de unos y otros, no voy a decir de todos, que gracias a Dios hay también mucho bueno, pero la ligereza con la que se habla detemas como el aborto, la insolvencia, y el aprovechamiento indebido de bienes y dinero que no son para ellos sino que tienen otros destinos como es el caso de los Eres en Andalucía, el caso Gürtel, Bárcenas etc… y otros conocidos por todos, nos hacen desconfiar de esa clase política, que para más inri hemos votado entre todos.




En realidad debería ser todo lo contrario ya que en cierta forma son ellos los que llevan el timón de la barca en que estamos embarcados todos. 


A veces hay días que oyendo las noticias en radio o televisión, no sé si estoy despierta o he tenido un mal sueño, es como si me encontrara completamente a oscuras, cierro los ojos y trato de determinar en qué lugar me encuentro, mientras me respondo a mí misma que esto pasará, que no todos somos iguales, y que también hay muchas personas buenas y justas en todos lados, más todos navegamos juntos, y el resultado de nuestras vidas se siente afectado por cuanto sucede a nuestro alrededor.




Podríamos compararlo como ese ir todos en la misma barca, y pienso que o nos salvamos todos o embarrancamos todos a la vez.


 Me duele, y no solo a mí sino a muchos cristianos, y tal vez no tan cristianos, el ver cómo evoluciona la cultura mundana podríamos llamarla para entendernos mejor, con un paso más rápido que nuestra vida interior, mientras que la humanidad parece avanzar sin tener en cuenta nuestras responsabilidades y creencias. Y yo me pregunto, ¿olvidando estas, hacia dónde vamos, hacia dónde camina la humanidad….?




Cuando veo por la noche a los jóvenes pasar con botellas de licores camino del botellón… me preocupa pensar como volverán a su casa de madrugada. Los ven sus padres sus padres, ¿cómo lo consienten? Tal vez mis muchos años ya hacen que piense así, pero aunque a algunos les pueda les parecer exagerado, no me creo exenta de razón.



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