El Día del Libro

En aquel Macondo, del cual tanto hablamos hoy, se sucedía de vez en cuando la peste del olvido; nadie sabía entonces dónde se encontraban las viejas escrituras ni los antiguos papiros que traían memoria de lo que fueron los ancestros, menos aún conocían el país donde nacieron los antepasados, la historia en suma del porvenir. Hoy, en cambio, todo eso lo tenemos guardado en los libros.  Un cataclismo en los archivos y bibliotecas reduciría a la humanidad a una pavorosa ignorancia de antes del Jurásico. Entre lo poco que ha quedado en nuestra civilización occidental después de tantas guerras contra la vida y la cultura es la costumbre de celebrar el Día del Libro. No es que se maten los gobiernos, sobre todo el nuestro, por promocionar los libros entre los más necesitados. El 21% del IVA parece más una muralla económica a la lectura que el acceso a la autopista del saber.En medio de una crisis planetaria , con un 60% de paro juvenil y con una generación que dicen ser la más preparada de la historia, los que mandan se han puesto a pensar, se han dicho: dejemos la cultura para otro tiempo de esplendor y de vagancia. Salvemos los bancos, las empresas, los ritos oscurantistas anteriores a todo pensamiento racional. ¿Qué pasaría si de la noche a la mañana nadie supiera dónde estamos, de dónde venimos y a dónde vamos? Imaginen si todavía tuviéramos que ir al brujo para consultarle cosas de nuestro cuerpo o si aún no se hubiera descubierto la penicilina. Nuestra vida actual sería imposible viviendo de los errores del pasado y cruzando nos en la calle con seres que practican el canibalismo. Hermoso deporte este de leer. Cae la noche y, como decía Borges, se abre para ti en medio del silencio un paisaje infinito. Puedes dialogar con las más altas mentes que ha producido el género humano. Pues gozar con las creaciones del espíritu que hicieron felices a tus antepasados. Aquí ya no hay fronteras. Por mucho que cueste un libro siempre resulta barato. ¿Han pensado por qué cada vez que la historia se detiene mediante la involución del fascismo o el terrorismo la toman con los libros, aparece la pira, se da muerte al mensajero? Tengamos la fiesta en paz. Regalemos libros y rosas. Que el Día del Libro no sea la Fiesta del Trabajo durante la dictadura.