Los puertos deportivos y el desarrollo del turismo

La Junta de Andalucía ha dado el visto bueno a la ampliación del puerto deportivo de Carboneras. En una provincia como la nuestra en la que el turismo marca el rumbo de la economía cualquier proyecto que fomente el mismo es bienvenido. No podemos por menos que alegrarnos como almerienses de que desde la lejana Sevilla se apruebe el que Carboneras cumpla con una de sus inquietudes, el de tener un puerto deportivo que oferte a propios y turistas un aliciente más de cara a los futuros veranos y del mar. Comentamos y nos alegramos por lo de Carboneras y cuanto nos gustaría poder decir lo mismo de otros puntos en los que la junta mantiene desde hace años un silencio hermético en lo que a puertos deportivos se refiere. Hay que potenciar el turismo, nos dicen, pero pocos mimbres dejan para hacer los cestos.

Si la capital quiere estar a la altura de otras zonas turísticas del Mediterráneo desde hace años se tendría que haber dotado de un nuevo puerto deportivo (colapsado el del Club del Mar), como se mencionó y se justificó en su momento, o la ampliación del actual, como también se ha dicho por activa y por pasiva desde las administraciones. ¿No está por la labor la Junta? Eso parece. No se entiende el acuerdo para Carboneras y no para la capital. Y sin que se nos haya dado la más mínima explicación. Los políticos se lanzaron a crear una urbanización en el Toyo, junto a la vieja y entrañable de Retamar. Los vecinos de Retamar llevan más de veinte años pidiendo un puerto deportivo, un espigón, algo. Desde la casta política sólo se ha encontrado negativa tras negativa. Con la llegada del Toyo se dijo que ahora sería el momento, tampoco. Entre los técnicos y los políticos han cerrado el grifo y estranguladas las esperanzas de la capital de tener un puerto acorde a la capacidad turística que debiera tener.

Nosotros tenemos puertos cerrados y secuestrados al ciudadano, urbanizaciones turísticas sin posibilidad de salir a navegar, políticos que hablan de turismo como sostén futuro de la economía, pero que se queda en eso, en la palabrería hueca. El sí a Carboneras me hace preguntar: ¿Tiene la Junta algo contra la ciudad de Almería? Me van a decir que no, que vemos gigantes donde sólo hay molinos de viento. Pues vale.