No sólo a primo le gusta el marisco. A Enciso, Añez y Balaguer también

Juan Torrijos
20:43 • 04 may. 2014

Joder con el personal político y empresarial que nos ha tocado. Aunque hay que reconocer que a uno también le gustan las mariscadas, y si las pagan otros, ¡qué alegría “PAL” cuerpo!. Hasta que La Voz de Almería nos contaba en su primera página de hace unos días la historia de la mariscada de Juan Enciso, Serafín Balaguer y Pepe Añez en París, la imagen a la que acudíamos era a la de mi “primo” Antonio Rodrigo Torrijos en Bruselas, por aquellas fechas líder de Izquierda Unida en el ayuntamiento de Sevilla. No sé en lo que lo ha dejado Valderas y cía. Se lo preguntaré uno de estos días a mi roja de mi alma.


Lo cierto es que ahora los almerienses ya no tendremos que ir a Sevilla en busca de ejemplos de políticos con “cojonuda” mariscada delante. Ya tenemos la nuestra. Ya tenemos la de Juan Enciso, alcalde de El Ejido por entonces y la de Pepe Añez, al que recogía todos los días en su casa de El Ejido el coche oficial de diputación para llevarlo al palacio de Navarro Rodrigo. ¡Coño, otro primo de mi primo el sevillano! ¿Le gustaría también el marisco? No estaban solos, entre los comensales otro ínclito político ejidense. Lo de ínclito en homenaje al gran Pototo, que fue el que así lo bautizó. Se trata de don Serafín Balaguer, hombre vinculado a la política del Partido Socialista y por lo visto presuntamente a las empresas que invitaban a viajes con mariscadas a los prohombres del Partido de Almería, una vez que dejaron el Partido Popular. 


¿Y de las copas de la noche qué me dicen? No me quieran convencer que se acostaban a las diez y sin un par de copas de pacharán, cubaticas o algún irlandés de malta que no me lo creo. Iluso, pero no tanto. Si hay que rebajar la mariscada lo mejor es unos cuantos chupitos antes de las copas. Chupito que viene de chupeteo pero en pequeño. El chupeteo gordo vendría después, y con un médico en plantilla oiga, lo que no deja de ser una garantía ante cualquier salida o postura que tomar en la noche parisina, donde se asegura que el amor ¡oh el amor! está en las dos orillas del Sena.




Entiendo que si lo pillan a uno que sea por un mariscada, y no aquel tonto que dicen que la fastidió y pasó a la historia por un plato de lentejas. Por lo menos Juan Enciso, Pepe Añez y Serafín Balaguer lo harán por una gorda mariscada. Por lo menos no les llamaremos tontos.






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