Sin emoción

Un incorregible frecuentador de burdeles, experto a lo que parece en comercios carnales y de los otros, exigía a su clientela que había que emocionarse antes de la mecánica sexual poniendo previamente algo de fantasía ya que de lo contrario la liturgia de Eros resultaba fría y mecánica. La trabajadora del sexo que le estaba oyendo desde el mostrador del puticlub replicó: “Mire, caballero, en los quinces cochinos euros que usted paga por el servicio no entra la emoción”. Estamos a escasos días del arranque de la campaña oficial a las elecciones europeas. Según todos los pronósticos, se va a dar una altísima abstención, lo que significa que aún siendo la mayoría demócrata gran parte de los ciudadanos europeos no irá a votar porque la política de los líderes no les emociona. Por lo que respecta a España, varios técnicos han advertido también que no se trata tanto de votar a Cañete o a Elena Valenciano sino al futuro presidente de la Comisión Europea que podría ser un conservador como Juncker o un socialdemócrata como Schulz. En el primer caso estaríamos muy cerca de la política llevada a cabo por el PP hasta el momento, via Merkel, o sea. austeridad, recortes, bajada de sueldos y que paguen la crisis las clases que menos culpa tuvieron. En el segundo caso habría probablemente una nueva mirada hacia los países periféricos víctimas de los estragos del capitalismo neoliberal. Nada de todo esto parece interesar en nuestro país. Aquí, por lo que se desprende de la precampaña, lo que hierve es otra vez la herencia recibida, la recuperación, el buen camino, la salida del túnel, cosas, en suma, que pertenecen más al acto de fe que a la realidad económica. Los pensionistas no podemos hacernos grandes castillos en el aire con el próximo poder adquisitivo teniendo en cuenta que subirán un o´25 para los tres próximos años y hablo del PP porque es el partido en el Gobierno. Tampoco son para emocionar los 6 OO.OOO puestos de trabajo que dicen que crearán. Repiten ahora la misma estrategia de las pasadas elecciones: bajan los impuestos. Espero que no hagan como antes : annistiaron a los defraudadores, que dice Javier Marías. Es natural, por tanto, que la gente escarmentada con lo que ve, no se tome las elecciones con demasiada emoción. Y ustedes perdonen lo del burdel.