Italia se lleva el 70% del aceite almeriense

Históricamente los almerienses no hemos sabido vender nuestros productos. Los hemos producido y muy bien, pero a la hora de ponerlos en los mercados no hemos dado la talla. Almería está produciendo uno de los mejores aceites del mundo, pero se lo tenemos que vender a granel a Italia que lo embasa y lo reparte por todo el mundo como si fuera aceite italiano. Con las naranjas, que este año se han estrellado en lo que al precio se refiere, se da la circunstancia de que se anuncian naranjas de un cortijo de Antas, pero a la hora de comprarlas tiene que llamar usted a un teléfono de Cataluña. Antas produce la naranja pero la vende Cataluña. A lo largo de los años han venido siendo los murcianos o los valencianos los que se llevaban los productos almerienses y los vendían como si de ellos fueran.

Cierto es que la agricultura invernada, con sus cooperativas y alhóndigas ha cambiado en parte ese panorama, pero aún nos quedan sectores que siguen dependiendo de otros a la hora de la venta. Caso del aceite o la naranja. Lo del aceite es sangrante, porque estamos consiguiendo, tanto en Canjáyar como en Tabernas, sin olvidar otros puntos de la provincia, un aceite de una calidad extraordinaria, reconocida por propios y extraños. ¿Qué nos hace falta entonces para que el aceite de Almería tenga nombre propio y venta en el mundo? No soy un especialista, pero doctores tiene la Junta ¿o no? para que se encontrara la forma y manera de que el aceite de Almería no salga en cisternas camino de otras empresas en nuestra comunidad o fuera de ella y que nuestras naranjas no se tengan que vender desde el norte de España.

¿Quién se lleva el beneficio, el productor del aceite o el intermediario que lo vende? Ha sido el gran drama de la Almería agrícola del interior a lo largo de muchos años y que ahora vemos se repite en algunos sectores emergentes y con grandes monopolios en los mercados mundiales. Ahí es donde hace falta el trabajo y la imaginación de los que se hacen llamar padres de la patria. Me parece bien que se pongan las medallas, da la impresión de que gracias a ellos tenemos el aceite, pero que hagan algo por ganárselas es lo mínimo que podemos pedirles. Hasta ahora hemos visto muy solos a la Cámara y a su vicepresidente haciendo campaña del aceite en las Américas. Y tenemos uno de los mejores del mundo.