Los andaluces, rehenes de Susana

Susana Díaz debe una explicación a todos los andaluces. La presidenta de la Junta de Andalucía debe dejar claro de una vez cuáles son sus planes de futuro personal y político, porque no parece presentable que mientras la situación de miles de familias andaluzas alcanza extremos de verdadera gravedad ella se deje arrullar por los cantos de sirena de buscar nuevos horizontes políticos o participe activamente en las maniobras de consecución de apoyos para su persona entre los diferentes sectores socialistas. La ambición política es legítima, pero es incompatible con el mantenimiento de la tensión y el esfuerzo necesario al frente de la Junta de Andalucía en unos momentos de especial gravedad. Por lo tanto, doña Susana debe aclarar si está dispuesta a asumir el deber que conlleva el cargo que heredó o si esa herencia formaba parte de un plan superior de ambiciones personales y necesidades internas de su partido. Lamentablemente, doña Susana tiene como primera preocupación al PSOE antes que sus deberes de presidenta de la Junta de Andalucía, con toda la carga de indefinición, inactividad e incertidumbre que eso supone en la gestión de un cargo. Que a doña Susana le viene enorme el cargo es algo que se veía claro desde el momento en que el fugado Griñán tuvo necesidad de salir corriendo de Andalucía para evitar la sombra de los ERE. Y lo malo es que esa maniobra interna del PSOE está lastrando las posibilidades de recuperación de la crisis de miles de familias andaluzas. Como bien dijo hace unos días la portavoz de Bienestar Social del Partido Popular en el Parlamento de Andalucía, Rosario Soto, “los andaluces no pueden ser rehenes de las ambiciones políticas de Díaz”. Andalucía no es un pasatiempo, no es un juego y no es una ocupación temporal, sino un compromiso absoluto que requiere una dedicación plena, porque los socialistas están obligando a los andaluces a tener una presidenta a tiempo parcial.  Y cuando se tiene la cabeza en otro sitio, no se está concentrada en lo que se tiene que estar. Así, la falta de acción y la ausencia de reformas de calado del gobierno andaluz que preside Susana Díaz está provocando que el paro baje a menor velocidad que en el resto de España y que los andaluces estemos, también en esto, a la cola. Andalucía necesita hacer reformas para crear más empleo y es evidente que Susana Díaz no está centrada en el gobierno de Andalucía. Pues que se aclare de una vez y nos diga si, además de tener el corazón en Almería, tiene la cabeza en otro sitio.